jueves, 29 de abril de 2010

Sordera en el Consejo Federal de Salud

InfoSord-Argentina
Por Alfredo Zurita

En tanto los sistemas de salud de las provincias de Chaco y Tucumán se encuentran seriamente afectados por paros y protestas de personal de salud “autoconvocado”, que comienzan hoy en Misiones, Catamarca, Córdoba y Santa Cruz, la reunión del Consejo Federal de Salud efectuada este pasado fin de semana en Ushuaia, se dedicó a tratar, según la gacetilla de prensa del ministerio nacional de salud, la evolución de la epidemia de gripe, y la vacunación para la misma, así como un programa nacional de reducción de la sordera cuyo desarrollo será apoyado con fondos nacionales.

Podríamos decir entonces que el Consejo Federal de Salud hace oídos sordos a las protestas del personal de salud en las provincias, puesto que se dedica a estudiar un programa de sordera, lo cual es una buena metáfora de cómo funciona este consejo, que no tiene de todos modos ninguna capacidad resolutiva, pudiendo los gobiernos provinciales actuar en contra de los acuerdos consensuados, de lo cual hay más de un ejemplo. Al extremo es una oportunidad para los ministros de conocer el país, y confraternizar, lejos de los líos en sus provincias.

Seguramente se habrán tratados más temas, incluyendo las protestas del personal, en reuniones “off the record”, que seguramente no constarán en el acta, de la cual nos enteraremos dentro de varios meses, cuando sea colgada en la página web del ministerio de salud de la nación.

Como el póquer, la negociación política tiene sus reglas, una de las cuales es no mostrar temor al adversario, ningunearlo en suma, para desalentarlo, y decir que el tema de las protestas de los autoconvocados fué tratado en una reunión de COFESA solo daría ánimos a los revoltosos del Perrando, del Pediátrico, del Impenetrable, y de otras partes del país, ya que precisamente una de sus aspiraciones es nacionalizar el conflicto, en tanto gobernadores y gobernados saben que solo la nación dispone de recursos para resolver las demandas de los autoconvocados; aumento de salarios y pases a planta

En el COFESA no se tratan oficialmente problemas o políticas de los sistemas públicos o privados de salud de las provincias, que el gobierno nacional considera son temas de resorte exclusivo de ellas, que financian y administran los establecimientos según sus propios criterios. Sólo se tratan, oficialmente, los programas que cuentan con apoyo financiero del gobierno nacional; cardiopatías congénitas, sordera, gripe, seguro materno infantil, etc.

En forma paralela la nación entrega fondos para construcción de hospitales, pero sin intervención del ministerio nacional de salud, por vía del ministerio de planificación.

La política de salud es pues, cuestión de las provincias. Federalismo a fondo.

Debe reconocerse al ex ministro Gines González García su habilidad para ubicar al ministerio en este rol, (no tenia ya ninguno cuando asumió), de modo que durante su gestión era interrogado por el periodismo sobre los programas nacionales de control del tabaco, la obesidad, o planificación familiar, pero nunca por conflictos hospitalarios en las provincias, y como se recordará el año pasado, con la epidemia de dengue, el ministerio nacional solo pudo intervenir cuando el incendio era grande, y se pidió socorro.

En educación la política nacional es más intervencionista, aunque tampoco el estado nacional tiene escuelas, ya que se establecen planes de estudio, y se subsidian salarios mínimos para docentes de los sistemas provinciales en todo el país, además de programas varios, tal como el reciente de entrega de computadoras. Hay razones para ello.

A diferencia del personal de salud, especialmente los profesionales, que mayoritariamente se autoconvocan, los docentes han mostrado una capacidad nacional de movilización organizada por décadas, incluyendo los dos años de la protesta de la carpa blanca frente al congreso nacional entre otras. Ello les ha permitido lograr aumentos en todas las provincias antes de comenzar las clases. Tienen carreras profesionales además y estabilidad laboral, cosas todas que el personal de salud reclama con escaso éxito desde hace algún tiempo, ya que la mitad se encuentra precarizada.

La historia de los profesionales de salud y docentes explica estas diferencias.

Los segundos vienen de más de un siglo de historia de servidores públicos, y las posibilidades de trabajo privadas son poco interesantes, de modo que defienden, en forma organizada, su interés en continuar en esta situación.

Por el contrario los profesionales de la salud vienen de una historia de práctica liberal, bastante rentable, al menos hasta 1980, actualmente solo para una pequeña minoría, y sus organizaciones, los colegios profesionales, se dedican a tratar de preservar esta situación. Los más jóvenes, que sobreviven con contratos precarios, esperan sea transitoriamente, mientras buscan desesperadamente un nicho privado donde insertarse, por la vía de subespecialidades, y se autoconvocan para reclamar mejoras salariales entretanto. Solo una pequeña minoría tiene interés a largo plazo por el servicio público.

Además de lo anterior otros factores deben ser considerados. El extenso desarrollo de los derechos educativos que menciona la constitución nacional en su última reforma, así como el soslayamiento de los derechos en atención de la salud refleja una tendencia internacional. El obrero, y el soldado, de los cuales interesaba sobre todo su cuerpo en buen estado, ya que no se esperaba que pensaran, tiende a ser reemplazado por la tecnología, que debe ser alimentada con sofware, producido por mentes humanas. De allí la importancia acordada a nivel internacional a la educación, y el desplazamiento del interés por el cuidado médico, siendo la única responsabilidad del estado el control de enfermedades transmisibles, en tanto el resto será resuelto vía aseguramiento, en función de los recursos individuales disponibles, por establecimientos privatizados, o públicos semiprivatizados por vía de la autogestión.

Además, y como se ha popularizado, mientras la mortalidad infantil baje, las cosas andan bien, y tanto en Tucumán, como en Chaco la mortalidad infantil baja, por tanto las cosas andan bien, y si hay mucho conflicto en los hospitales es más barato cambiar directores y ministros, que pasar personal a planta o aumentar los salarios.

Profesor Titular de Salud Pública
Facultad de Medicina
UNNE

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