viernes, 26 de marzo de 2010

Un naviego, entre los cinco mejores universitarios sordos de Europa

InfoSord-Asturias, 26 marzo

Alejandro Suárez, de 23 años y estudiante de Topografía en Mieres, recibe una beca para alumnos con implantes cocleares

«Imagínate cómo está Alejandro. Está feliz. Después de haberse esforzado tanto y de haber sido implantado tan tarde, está encantado. Feliz, feliz». Quien repite el adjetivo es una de las personas más queridas por Alejandro Suárez Méndez, una persona que no quiere aparecer con nombre y apellidos negro sobre blanco «para dejarle a él todo el protagonismo».



Porque Alejandro, 23 años, estudiante naviego de tercer curso de Topografía en Mieres y que nació con sordera profunda, acaba de ser galardonado con una de las becas que distinguen a los cinco mejores universitarios sordos de Europa cada año. El galardón, que recogerá en Barcelona el 19 de mayo, consiste en una dotación de 6.000 euros que le permitirá «cursar estudios superiores en universidades, escuelas universitarias u otras instituciones equivalentes». Y a buen seguro que el joven la aprovechará.
Son las Becas Cochlear Graeme Clark Scholarship, que otorga la empresa multinacional Cochlear en memoria del profesor Graeme Clark, de la Universidad de Melbourne, pionero en la investigación del implante coclear, una técnica a la que Alejandro Suárez se sometió «tarde», cuando tenía 17 años, en el Hospital Clínico de Salamanca, después de que varios facultativos les recomendasen a sus padres que esperasen «porque podía perder los pocos restos de audición que le quedaban».
Gracias a esos restos y con la ayuda de unos audífonos y su tesón, realizó Primaria, Secundaria y Bachillerato en el Colegio Santo Domingo y en el IES Galileo Galilei, ambos en Navia, y después cursó los estudios de Delineante en el IES Doctor Fleming, en Oviedo.
Pero el implante coclear -que transforma las señales acústicas en señales eléctricas que estimulan el nervio auditivo- cambió su vida en gran manera.
«Los implantes ofrecen mejores resultados cuando la operación se hace cuando los niños son chiquitinos, mientras que en el caso de Alejandro, la recuperación de la audición está siendo poco a poco», cuentan los que más le quieren.
El jurado de la beca, cuyo objetivo último es ayudar a las personas portadoras de estos implantes a superarse, valora los resultados académicos de la persona implantada y su compromiso con los ideales de liderazgo y humanidad. Y esos, a Alejandro, le sobran.
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