domingo, 28 de marzo de 2010

La Iglesia ignoró denuncias de niños sordos

InfoSord-Nueva York, 28 marzo
Por Laurie Goodstein

Eran sordos pero no se quedaron callados. Durante décadas, un grupo de hombres que sufrieron de abuso sexual a manos del reverendo Lawrence C. Murphy en una escuela para sordos en Wisconsin denunciaron a todo tipo de autoridad que Murphy era un peligro para los niños, según las víctimas y documentos de la Iglesia Católica.

Se lo dijeron a otros sacerdotes. Se lo dijeron a tres arzobispos de Milwaukee. Lo denunciaron en dos departamentos de policía y el fiscal de distrito. Lo denunciaron con lenguaje de signos, declaraciones juradas y gestos explícitos para mostrar lo que Murphy les había hecho. Pero las denuncias cayeron en oídos sordos.
Esta semana conocieron que el cardenal Joseph Ratzinger, ahora el papa Benedicto XVI, recibió cartas sobre Murphy en 1996 del arzobispo Rembert G. Weakland, de Milwaukee, quien informó al cardenal que la comunidad de sordos necesitaba ``una respuesta sanadora de la Iglesia''. El Vaticano no actuó y cuando Murphy falleció en 1998 todavía erasacerdote.
``Ese hombre debió haber estado en prisión durante mucho tiempo, pero tuvo suerte'', dijo el jueves Steven Geier, una de las víctimas de Murphy. ``¿Y yo qué? ¿Qué derecho tenía a hacer lo que hizo?''
Las víctimas jóvenes de abuso sexual con frecuencia están tan confundidas, avergonzadas o traumatizadas que esperan a años para denunciar las agresiones. Algunas nunca dicen palabra. Uno de los aspectos más asombrosos del caso de Murphy es que las víctimas jóvenes comenzaron a alertar a las autoridades a mediados de los años 50.
En su residencia rural de Madison, donde vive con su esposa, Ann, Geier dijo a través de un intérprete que había entrado a los 9 años a la Escuela para Sordos St. John's, en St. Francis, Wisconsin.
Geier, de 59 años, dijo que a los 14 y 15 años, comenzando en 1965, Murphy abusó de él cuatro veces en un closet en la escuela. El cura le dijo que Dios quería que le enseñara sobre el sexo pero que no podía hablar del asunto porque era un secreto de confesión.
Murphy puede haber abusado de 200 niños en la escuela entre 1950 y 1974, según las denuncias de las víctimas y un trabajador social contratado por la Arquidiócesis de Milwaukee para entrevistarlo.
Geier dijo que inicialmente trató de decírselo al cura de su parroquia en Madison, donde era monaguillo, en 1966, cuando tenía 16 años. Pero el cura, dijo, le indicó que no quería saber nada del asunto y que se olvidara de eso. Geier se lo contó a otro cura cuando todavía era adolescente, y a un tercero años después, cuando ya estaba casado.
Ese sacerdote, el reverendo Tom Schroeder, de 72 años, dijo el viernes en una entrevista que recordaba que Geier le había contado de Murphy. Schroeder dijo que se lo informó a una monja, quien a su vez le dijo a otra monja que era supervisora de dormitorio en St. John's, pero que no lo creyó y no hizo nada al respecto.
Documentos internos de la iglesia que salieron a relucir en una demanda contra la Aquidiócesis de Milwaukee y entregados a The New York Times, que los publicó esta semana, incluían una carta del reverendo David Walsh, que fue capellán de los sordos en Chicago, donde dice que alumnos adolescentes de St. John's le habían contado sobre los abusos de Murphy entre 1955 y 1963.
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