ESTUDIANTES TRABAJAN CON NIÑOS SORDOS Y MICROEMPRENDEDORES

EDUCACIÓN

JÓVENES TRABAJAN CON SUS PARES DE OTRAS CARRERAS DE FORMA MULTIDISCIPLINARIA.

Un importante aporte a la comunidad realiza año a año la UTALCA a través del Programa de Responsabilidad Social de Pregrado, que vincula a estudiantes de 4to año de las distintas carreras con “socios comunitarios”, que son personas o agrupaciones que han manifestado tener necesidades que pueden ser cubiertas por los alumnos. 

Este año fueron 220 los proyectos que trabajaron los estudiantes, destacándose algunos por el grado de innovación y sobre todo, por realizarse de forma multidisciplinaria, con grupos ejecutores de alumnos de distintas carreras. 

Andrés Vega, coordinador del módulo de Responsabilidad Social de Pregrado, comentó que “la mayor innovación que hemos tenido este año, y queremos potenciar para los próximos, es el trabajo interdisciplinario o multidisciplinario entre los estudiantes. Los proyectos son acciones que se generan en la comunidad y que no podrían generarse en cada carrera por separado”.

Salud oral para niños sordos

Catalina Conejeros, Josefa Álvarez, Pamela Fuentes, Fernando Fuentes y Catalina González, son alumnos de las carreras de Odontología y Fonoaudiología, que presentaron por iniciativa propia una propuesta de trabajo con niños sordos. 

A través de estrategias visuales o táctiles, los jóvenes enseñan a niños de una escuela especial a mantener su salud oral. “Es un proyecto integrado entre Odontología y Fonoaudiología. Se trata de intervenir un grupo de niños sordos y asistirlo, enseñarle a cepillarse bien los dientes y mantener su salud oral. Por eso requerimos que sea un trabajo integrado entre Fonoaudiología y Odontología porque como odontólogos solos no tenemos todas las competencias para abordar a los niños que tienen necesidades distintas”, comentó Fernando Fuentes, alumno de cuarto año de Odontología. 

Los 34 niños que reciben esta capacitación, pertenecen a la Escuela de Sordos de Talca y vienen de distintas comunas. La edad de los pequeños fluctúa entre los 9 y 13 años. 

“Los niños tienen una acogida muy bonita, son niños sensibles y siempre han estado dispuestos a colaborar, a ayudarnos y entienden el objetivo final de lo que estamos haciendo, que es enseñar el lavado de dientes, algo primordial en un niño y en toda persona también”, comentó Josefa Álvarez, alumna de Fonoaudiología. 

Apoyo a un microempresario

Por otro lado, destaca también el apoyo multidisciplinar que realizan Rodrigo Bobadilla, alumno de Contador Público Auditor; Ricardo Maluenda, de Diseño, y Pamela Díaz, de la carrera de Ingeniería Comercial. Este grupo de estudiantes apoya a un microempresario que se dedica a la restauración de muebles. 

“En un principio realizamos un análisis de necesidades y vimos qué podíamos hacer para ayudarlo. Detectamos cuatro necesidades básicas que eran relacionadas con el marketing, orden, plan de trabajo y difusión. Después de eso empezamos a trabajar con él: le presentamos ideas, realizamos un plan de trabajo con un modelo canvas y finalmente estamos en la fase de entregarle los productos que le presentamos en un principio”, comentó Rodrigo Bobadilla.

Para apoyar al microempresario los jóvenes trabajaron en tarjetas de presentación, catálogos, ordenar su inventario, enseñarle algunas estrategias de marketing y le enseñaron a utilizar y sacar provecho al computador e internet para la venta de sus productos. 

Según comentaron los jóvenes, a pesar de que ellos iban dispuestos a entregar sus conocimientos, se encontraron con que ellos también podían aprender mucho de este emprendedor. “Es una experiencia enriquecedora, él es una persona muy agradable a quien podemos apoyar y está dispuesto a aprender. Es una persona que da consejos, nos enseña sobre lo que él hace y es muy profesional y dedicado, entonces ha sido muy bueno conocer todo el esfuerzo que él hace, a pesar de lo pequeño que es su negocio, él le pone empeño y hace a la perfección cada mueble”, comentó Pamela Díaz.

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