miércoles, 9 de noviembre de 2011

Películas que se entienden con la mirada

CULTURA

No es un festival para sordos, sino para todo tipo de espectadores, porque se trata, precisamente, de crear vías de comunicación que hagan más amplio «el pequeño mundo en que vivimos», además de disfrutar del cine.

Quien impulsa el Festival Internacional de Cortometrajes en Lengua de Signos que el viernes y el sábado se celebra en Tolosa es Julián Rodríguez, inquieto y viajero miembro de la asociación Gainditzen, que ha logrado montar una segunda edición del certamen y que, a juzgar por las entradas ya vendidas, va a contar con muchos más espectadores que el año pasado.
«Para las personas oyentes es normal tener festivales de cine, pero yo quería que, dentro del movimiento de reconocimiento de la lengua de signos, también pudiera darse un festival de cine, como parte de la vida diaria y de la cultura de las personas», explica Rodríguez a través de sus manos, con signos que la intérprete nos traduce. «El cine está hecho a la necesidad de las personas oyentes, pero también nos gusta que exista un cine adaptado a nuestra realidad. Las nuevas tecnologías han permitido que las personas sordas podamos hacer películas, incorporando la lengua de signos».
No son, por lo tanto, cortometrajes 'adaptados', sino creados en lengua de signos. «No hay una lengua de signos universal, cada país, incluso algunas regiones, tienen sus propios signos. Por eso es interesante que en este festival participan cortometrajes de distintos países», explica Julián. Así, además de cortometrajes vascos, se podrán ver piezas de otras comunidades de España, Holanda, Francia, Inglaterra, Italia e incluso República del Congo.
Las películas de esos países están subtituladas para las personas sordas, y también para las oyentes, porque este festival quiere hacer hincapié en la voluntad de crear nuevas vías de comunicación entre unos y otros. «Las personas sordas no somos tan cerradas como se dice, somos abiertas», explica Julián, que hace buena demostración de ello con su locuacidad a través de las manos y los gestos, y su voluntad de rebuscar por el mundo y encontrar contactos, amigos y colaboradores que le permitan traer a su entorno las actividades culturales que ha conocido en otros lugares.
«Hace un año fui a la ciudad francesa de Reims y me quedé alucinado con lo que vi allí, una concentración de más de 3.000 personas sordas, con espectáculos de cine, teatro, música, arte...todo en lengua de signos y con gente de toda Europa», explica Julián. «Allí conocí el cine en lengua de signos y lo incluí en una semana de sensibilización en torno a la lengua de signos. Pero vi que ese cine despertaba tanto interés que decidí que merecía la pena hacer un festival dedicado a ello».
Viajó a Holanda, donde hay un festival de este tipo muy consolidado. Y ahora el festival tolosarra se consolida con la competición de 19 cortometrajes, y un palmarés que destaca la mejor película, el mejor director, la mejor fotografía, los mejores actores... En el jurado hay tres mujeres y dos hombres; tres son sordos y dos, oyentes. También cuentan con gente que viene de Navarra, Madrid, Vigo, Salamanca, y también de varios países europeos. «Nos gustaría tener más días, porque entre el viernes y el sábado no da tiempo para disfrutar del encuentro de todas estas personas que hablan nuestra lengua, con las que nos sentimos identificados. Se nos hace muy corto, pero vamos poco a poco». Una visita por diversos lugares de Tolosa y una cena en una sidrería forman parte también del programa del festival.
Acción e intriga
Las películas programadas abordan todos los géneros, aunque predominan la acción, la intriga e incluso el terror. «Nos gusta un cine en el que predominen el aspecto visual, que cuente las cosas a través de las imágenes, no de las palabras».
«Tenemos que buscar muchos contactos, el año pasado estuve en Milán, este año he vuelto a Holanda y a Reims, también estuve en Toulouse. Hay que recorrer festivales de este tipo para buscar a personas que quieran participar en el nuestro, cosa que no es fácil, hay que invertir mucho tiempo y dinero». Pero los contactos fructifican. Una revista francesa ha publicado un mapa de los festivales internacionales de cine en lengua de signos en todo el mundo. Y solo son nueve. «Cuando vi que en este mapa aparecía Tolosa, me sentí muy orgulloso».
Pero Julián no busca tanto el reconocimiento internacional como «atraer a las personas oyentes y a las sordas de aquí, que se conozcan nuestros derechos y conseguir una igualdad», advierte Julián. En Gipuzkoa hay más de mil personas sordas, «pero solo unas 600 saben la lengua de signos».

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