martes, 25 de mayo de 2010

El padre del implante coclear trabaja en un nuevo dispositivo para que los sordos escuchen la música

InfoSord-Aragón, 22 mayo

El profesor Graeme Clark, que fue el primero en colocar a una persona sorda un implante coclear, en 1978, ha sido investido este viernes Doctor Honoris Causa en la Universidad de Zaragoza. Antes de la ceremonia, el investigador australiano ha explicado que ya está trabajando en un nuevo dispositivo para que los sordos escuchen la música.
El padre del implante coclear, Graeme Clark, trabaja “más duro que nunca” en desarrollar una nueva tecnología para que los sordos puedan escuchar la música, un dispositivo del que ha hablado poco antes de ser investido Doctor Honoris Causa en la Universidad de Zaragoza y que se basará en los avances que aporta la nanotecnlogía.

“Ahora trabajo más fuerte que nunca y lo que queremos es hacer implantes con nanoelectrodos que les permitan percibir mejor la música”, ha explicado el investigador australiano, al que la UZ ha reconocido sus valiosas aportaciones para que miles de personas sordas hayan recuperado la audición.

El especialista australiano fue el primero en implantar a una persona sorda un implante coclear en 1978 y, hasta el momento, ha devuelto la capacidad de oír más de 180.000 personas en todo el mundo. De ellos, 7.000 son españoles, de los que 250 han sido intervenidos en Aragón, tal y como ha recordado el doctor Héctor Vallés. “En muchos casos, aquellos que estaban llamados a permanecer en el mundo del silencio son tratados mediante el implante coclear y recuperan tanto la audición como el lenguaje”, ha destacado.

El implante coclear (IC) es una técnica que permite a personas con una pérdida de audición severa o profunda recuperar su capacidad auditiva. Una parte del dispositivo se implanta en el interior del oído y en el exterior se coloca un procesador de sonido que estimula la cóclea. El sistema transforma las señales acústicas que recibe en señales eléctricas que estimulan directamente el nervio auditivo, que envía la señal sonora al cerebro.

Además, el doctor Clark ha contribuido de forma esencial al diseño del primer implante coclear multicanal, que implantó por primera vez en el mundo, a una niña, en el año 1990.

Según ha explicado el propio investigador, comenzó a preocuparse por los sordos cuando tenía diez años y fue el hecho de que su padre sufriera una sordera profunda lo que le impulsó a desarrollar este dispositivo. “Es importante ayudar a la gente sorda para que pueda comunicarse y por eso empecé a trabajar en el laboratorio, para romper las fronteras entre la palabra y el cerebro”, ha explicado.

Sus investigaciones, tal y como ha alabado el rector de la UZ, Manuel López, han supuesto el comienzo de una nueva ciencia, la biónica, “que es la capacidad de desarrollar equipamientos o máquinas que pueden suplir actividades humanas”. En este caso, el implante coclear suple al oído, pero también se están desarrollando, por ejemplo, un ojo biónico, una espina dorsal o un vesícula biónica.


Clark es investido Doctor Honoris Causa por el rector Manuel López

Este viernes, la UZ le ha rendido su particular homenaje por su “muy notable trabajo”; un reconocimiento que Clark ha dicho recibir como “un honor”, ya que ha destacado que la Universidad de Zaragoza “es muy famosa sobre todo por Ramón y Cajal”, doctor aragonés que le ha inspirado en su trabajo.

La ceremonia de investidura se ha celebrado a las 12.00 horas en el Paraninfo, aunque horas antes, el experto también ha recibido el reconocimiento de los representantes de asociaciones de sordos de España, que le han entregado una placa de agradecimiento.

Precisamente, el nuevo proyecto en el que trabaja Clark, el dispositivo que permitiría que los sordos con implante coclear puedan escuchar la música, ha sido recibido con “ilusión” entre la población con problemas auditivos.

“Yo estoy muy ilusionada. Y si me dicen que va a haber una nueva tecnología para percibir mejor la música pues es algo muy emocionante porque si hay algo que más me gusta oír es la música”, ha dicho María Luisa Peña, usuaria del implante coclear que afirma haber tardado tres años en poder distinguir el sonido del piano y de los instrumentos de cuerda. “La música es algo excepcional”, ha añadido la vicepresidenta de AICE.

Ambas han aprovechado para reivindicar ayudas técnicas que faciliten la comunicación de las personas sordas, como el subtitulado, el bucle de audición magnética y la frecuencia modulada, entre otras.
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