CULTURA
La Semana Santa es olor, tacto, sabor, olor y vista. Todos los sentidos participan en la contemplación y vivencia de una experiencia única tanto estética como emocionalmente.
Pero hay personas que no pueden disfrutar al cien por cien de ella por alguna discapacidad o trastorno. Y no por ello deja de gustarle o atraerle.
Para todas ellas las hermandades están cada vez más concienciadas de poder acercar su privilegio patrimonial a todos los colectivos. Y en eso trabaja especialmente La Ciudad Accesible, que junto al área de Bienestar Social del Ayuntamiento de Granada permite acercar las cofradías y la tradición a las personas con algún tipo de discapacidad.
Ayer mismo un grupo de invidentes se acercó a la iglesia de los Santos Justo y Pastor para conocer de cerca a la hermandad de los Estudiantes, de la que es miembro el propio concejal de Bienestar Social, Fernando Egea.
Allí pudieron tocar las diferentes insignias y enseres de la cofradía para sentir el tacto, por ejemplo, de la orfebrería, el terciopelo, la madera, el bordado o la cera. Una experiencia única que les ayuda a imaginarse mejor lo que no ven pero sienten.
Las actividades organizadas seguirán el Lunes Santo sumando colectivos a este programa.
Será el turno de los integrantes de la Asociación Borderline, que irán a la hermandad de San Agustín para conocer de forma sencilla lo que es una cofradía.
El Jueves Santo estará dedicado a acercar la Semana Santa a las personas sordas, que podrán pasar un rato junto a la hermandad de la Estrella.
Iniciativas que acercan la Semana Santa y las cofradías a todos los granadinos para que cada uno viva esta fiesta según sus necesidades.
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