viernes, 22 de enero de 2021

Zetazen: "Que mis padres, sordos, me apoyasen sin poder evaluar mi música, es el valor más grande que me ha dado nadie"

NOTICIAS DE ESPAÑA -  GENTE

Rubén Esteban (Madrid, 1993) no puede ocultar la inquietud al hablar de cómo afronta su primer concierto tras diez meses de parón obligado.

El madrileño, conocido artísticamente como Zetazen, regresa y lo hace en casa (24 de enero, Inverfest - Teatro Coliseum), muy cerca de aquel parque cercano a Plaza de España donde se juntaba hace más de una década con Recycled J o Natos y Waor. Entonces, todos eran unos chavales jugando a rapear. Ahora son referentes en la industria de la música urbana en España.

Pregunta. De adolescente ya publicaste tus primeras canciones, pero ¿cuáles son los primeros recuerdos que tienes de la música en tu infancia?

Respuesta. Creo que en mi casa hemos tenido una infancia y una vida relativamente diferente al resto porque mis padres son sordos. En mi casa nunca ha habido cultura de la música como tal salvo lo que hemos ido escuchando mi hermana -me saca dos años- y yo. Me di cuenta al tiempo, hablando con mucha gente de mi edad o más mayor que me enseñaba música "de nuestra infancia". O el típico programa de televisión que te habla de toda la música de los 90 y tal. Recuerdo, por ejemplo, que en el coche de mis padres no había radio, no se escuchaba música.

P. Realmente es curioso que te dediques a la música siendo tus padres sordos

R. Sí, es como irónico.

P. ¿Y, entonces, en qué momento te pica el gusanillo? ¿Cómo llegas a la música?

R. Creo que fue a los 14 años, cuando empecé a descubrir el rap americano. Y, sobre todo después, cuando escuché cosas españolas recuerdo que me dio como la cosa de: joder, yo quiero hacer esto yo también. En 2013, que tenía 19 años, saqué mi segunda maqueta y estaba bastante en activo. Luego estuve un par de años como muy parado y en 2016 ya empecé a profesionalizar todo.

P. ¿También empezaste a estudiar psicología, no?

R. Sí, me quedé a medio camino y no la acabé. No lo dejé porque no me gustase, es que iba con la carrera a medio fuelle porque no abarcaba. Entonces dije: voy a hacer un break , voy a darlo todo por la música y si me tengo que dar una hostia y tengo que retomar la carrera siempre lo voy a poder hacer. No quería luego estar arrepintiéndome toda la vida. Tener 30 o 40 años y decir ¿y si ...?

P. ¿Tus padres lo entendieron?

R. Sí, pero voy a poner el precedente. Todos los años en los que yo hacía música mis padres me veían un poco como "esas cosas que haces, pero estudia". Y en 2017 tuve mi primer concierto grande en Madrid, que fue en Shoko y llenamos. Ahí le dije a mis padres: oye, no vais a escuchar el concierto, pero veniros. Y les cambió el chip cuando vieron lo que había, la gente, las reacciones... Cuando tomé esa decisión de aparcar la carrera me dijeron un sí rotundo en plan: si tú crees en ello, adelante. Me parece el valor más grande que me ha podido dar nadie y que yo creo que no me va a dar nadie. O sea, el hecho de que mis padres, sin escuchar lo que hago, sin tener una valoración personal de si valgo haciendo lo que hago, me digan: si tú crees en ello, hazlo.

Desde que inició su carrera profesional, Zetazen ha publicado dos álbumes y ya prepara un tercero. Aunque seguramente no le haga mucha gracia el término, se le podría considerar un anti-rapero, con letras marcadas por las emociones y la introspección complementadas con ritmos melódicos.

"A veces creo que es una música de absorción lenta", apunta, "que para que alguien se haga seguidor fiel tiene que pasar por un proceso en el que quizá la relacione con algo personal".

P.- Sueles comentar que las letras te han dado la oportunidad de expresar sentimientos que no dirías a la cara a la gente. ¿Cuál es el sentimiento que más te cuesta plasmar?

R. Creo que cuando estoy muy bien. Cuando estoy muy feliz es cuando más me cuesta escribir y cuando menos escribo, estoy haciendo otras cosas.

P. ¿Y si de repente todo va bien?

R. Con el tiempo he aprendido a no juzgar lo que escribo cuando estoy mal y a no juzgarme cuando no escribo cuando estoy bien. Todos estamos en constante cambio. No creo que nadie esté en un estado de ánimo permanente siempre. Teniendo eso en cuenta no me agobio si llevo mucho tiempo sin escribir. De hecho, llevo dos meses sin escribir y no pasa nada.

P. ¿Nunca te has planteado escribir un libro?

R. Sí, de hecho, siempre me gustó escribir y la música me pareció un canal súper creativo para poder desarrollar y llegar hasta el final con la escritura. Este año voy a sacar un libro. Llevo ya un par de años como vacilando de que estoy escribiendo cosas. Hay escritos, poemas, tal, que los voy guardando. Creo que es mucho más puro en el sentido de que está "más en bruto". No tienes que maquillarlo para comercializarlo. Y todo eso que he escrito sí que lo he hecho sin pensar que lo va a leer nadie. Tiene gracia sacarlo así del tirón, crudo, puro, vivo. Y digo un libro a modo de escritor. Es muy difícil controlar eso pero tampoco quisiera que fuera "un cantante que ha sacado un libro".

P. ¿Qué piensas cuando dicen que tus letras son de cortarse las venas? Es una crítica muy recurrente

R. Me hace gracia porque entiendo que Zetazen es una imagen pública, una extensión de mí. Cuando estoy más intenso de la cuenta, escribo; pero luego soy la persona más serena, soy súper tranquilo. Entonces me hace gracia porque entiendo que si dices "ha aparecido otra vez Zetazen y ha sacado esta canción" pienses "joder, vaya chaval". Pero lo de cortarse las venas me parece demasiado. Creo que hay muchos artistas que hacen música quizás más negativa. Yo intento medirlo mucho. Intento tener cuidado con decir algo que pueda interpretarse de una forma chunga como de promover el suicidio. No, no, en absoluto.

P. También está el tema de la masculinidad tóxica, que parece que un hombre no puede "ponerse sensible"

R.Sí, hay una frase que no sé como exáctamente decía que es que cuando alguien emite un juicio está haciéndote ver un poco sus propias debilidades, sus propios miedos o pensamientos. A ver, ha pasado siempre.

P. ¿Qué diría de ti tu yo de hace cinco años?

R. Diría: joder, si has llegado hasta aquí, hasta el final, como si te tienes que estampar. Si hasta ahora, siendo tú, has conseguido esto sin haberte contaminado de otras cosas, ya no pares. Es mi pensamiento diario, lo que pienso todas las mañanas.



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