viernes, 25 de junio de 2010

Soy sorda, no sordomuda

Soy una persona sorda. La palabra sordomudo actualmente sólo se utiliza en los medios por aquellas personas que por desconocimiento o por pereza mental no tienen en cuenta a aquellos de quienes se habla: los sordos.
"Sordomudos" es una palabra creada hace siglos y que ahora contiene cierto sentido peyorativo: aquel que no habla es alguien que se acerca hacia los animales. Los sordos hablamos con voz y/o en lengua de signos, no somos "mudos". Las cuerdas vocales de las personas sordas están intactas y hablan aunque sea de diferente manera. Así lo explica el libro 'Lenguaje de Signos', de Mª Angeles Rodríguez, que fue la primera tesis doctoral sobre la lengua de signos: "Según la cual una persona que no habla no puede razonar se remonta a la antigüedad griega. Está en relación con el doble significado de lñgoz como 'palabra' y como 'pensamiento'. Por otra parte, la palabra griega 'kofothz' significa 'sordera' y también 'estupidez', 'debilidad de espíritu', y el adjetivo kofoz denota las cualidades de 'sordo' y de 'estúpido'. Tanto para Platón como para Aristóteles, los sordos, privados de la facultad de hablar no podían ser educados. Hipocrates (460-356 a.d.C.) manifiesta que la mudez constituye una enfermedad incurable que, atacando los órganos de fonación, impide discurrir al que la padece, imposibilitándolo para emitir voces articuladas". Más tarde, a través de los siglos, se acuñaría el vocablo 'sordomudo' para designar a las personas que no oían y que, además, no hablaban como ellos, los oyentes. Pero la persona sorda, hablando únicamente la lengua de signos, nunca se considera muda porque habla en este idioma con aquellas personas que también lo hablan. Por todo eso, me gustaría que desapareciera del libro de estilo de la palabra 'sordomudo' y que se incluyera la palabra 'sordo' de la que tan orgullosos nos sentimos los que lo somos.
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