domingo, 30 de marzo de 2014

Internet supera a la televisión como medio de entretenimiento elegido por las personas sordas

En España hay más de 1.064.000 personas con grandes dificultades auditivas, de las cuales alrededor de 115.000 son sordas profundas, en muchos casos desde su nacimiento. De este número 56.106 son hombres y 58.788 son mujeres, incluyendo a personas de la tercera edad, ¡mayores que han perdido el oído, implantes cocleares e hipoacúsicos.

Más del 95% de las personas sordas han podido recibir educación de forma oralista, pero sólo el 1,9% de las personas sordas o con discapacidad auditiva acceden a estudios superiores, frente al 21% de las personas oyentes.

Más de 700.000 personas sordas, son mayores de 65 años que con el paso del tiempo ha mermado sus capacidades auditivas, ya que el oído, como la vista, se cansa con la edad. La sordera no avisa, ya que no hay signos de fatiga auditiva. Perdemos oído al fallar de forma progresiva las células de la coclea, por lo que a partir de cierta edad es aconsejable realizar revisiones médicas cada dos años.

Actualmente, Internet es el medio de entretenimiento más importante para los afectados de discapacidad auditiva, ya que consideran que la televisión subtitulada no cubre suficientemente sus necesidades de ocio, dado el bajo nivel de calidad de los subtítulos y el poco interés que muestran las cadenas de televisión en mejorar este servicio, lo cual es un importante motivo de queja de este colectivo.

Otro importante dispositivo que favorece la comunicación de las personas sordas son los teléfonos móviles, ya que por medio de su mensajería instantánea o de las videoconferencias ofrece una mayor independencia y autonomía.

La cifra de personas sordas que utilizan el lenguaje de signos o señas es de aproximadamente 13.300. En España hay dos lenguajes de signos reconocidos, el castellano y el catalán. El número de usuarios del lenguaje de signos es de aproximadamente 400.000 entre personas sordas y oyentes que por razones familiares, afectivas o laborales han aprendido dicho lenguaje.

Actualmente hay alrededor de unos 3.300 intérpretes de la lengua de signos, un 75% de los cuales se encuentra desempleado en estos momentos, especialmente por motivo de los recortes que se han producido en todos los ámbitos de la dependencia.

Cataluña sólo dispone de nueve intérpretes para cubrir sus necesidades en la autonomía cuando se necesitan un mínimo de 40. Como resultado el 75% de las personas sordas que acuden a las consultas médicas salen sin saber bien qué les pasa, al no haber podido contar con el correspondiente intérprete.

La Coordinadora de Intérpretes de Lengua de Signos y Guía-intérpretes de la Comunidad Autónoma de Madrid, una organización sin ánimo de lucro, trabaja en la interpretación de la lengua de signos para las personas sordas y sordo-ciegas, colaborando de forma altruista cuando se requieren sus servicios.

Muchas personas sordas, pueden oír y comunicarse mejor gracias a los implantes cocleares. Actualmente en España hay unos 12.000 implantados cocleares, de los que  4.000 son niños.

El implante coclear es un pequeño dispositivo electrónico que ayuda a las personas a escuchar y que puede ser utilizado para personas sordas o con muchas dificultades auditivas. No es lo mismo que un audífono, porque se implanta quirúrgicamente y funciona de una manera diferente.

Lo cierto es que hay muchos tipos diferentes de implantes cocleares, pero habitualmente constan de varias partes similares. Una parte del dispositivo se implanta dentro del hueso que rodea el oído o hueso temporal.  La otra pieza es un dispositivo externo que recibe el sonido, lo convierte en una señal eléctrica y lo envía a la parte interna del implante.

Este tipo de implantes permiten a las personas sordas recibir y procesar sonidos y lenguaje. Hasta cierto punto, son dispositivos que permiten a estas personas “oír”, pero no restablecen la audición normal, sino que son herramientas que permiten procesar los sonidos y el lenguaje y transmitirlos al cerebro. Tanto los sordos de nacimiento como aquellas personas que hayan perdido la audición a lo largo del tiempo pueden recibir uno de estos implantes.

Hace unas semanas unos ingenieros del  Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT)  desarrollaron una versión muy miniaturizada del dispositivo, que permite ser implantado totalmente dentro de la cabeza, junto al oído, y no necesita elementos externos. El nuevo aparato se puede recargar de forma inalámbrica y tiene muy poco consumo.

Actualmente este colectivo mantiene una queja. Considera que mantener un implante es casi una cuestión de lujo. Se estima que el gasto medio necesario es de 1.500-2.000 euros al año. Esto ha provocado que los afectados reclamen al Ministerio de Sanidad que regularice los precios, ya que sólo hay tres marcas que trabajan estos dispositivos, lo que encarece el producto y, muy especialmente, sus recambios.


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