sábado, 1 de febrero de 2014

Gebärdendolmetcherin Laura M. Schwengber mit KEIMZEIT

En la gira de conciertos de final en el intérprete de Tivoli Freiberg para el lenguaje de signos Laura M. Schwengber acompañado a la banda y poner la música para la dar sordos. También para escuchar un enriquecimiento única del concierto!



La banda de culto Keimzit, procedente de la antigua Alemania oriental, se sintió conmovida por el testimonio de uno de sus seguidores, que sufría una sordera progresiva y que identificaba como la mayor de sus pérdidas el no poder escuchar ya su música. Por eso los miembros del grupo decidieron incorporar a sus actuaciones a Laura Schwengber, una intérprete de lenguaje de signos que se ha convertido en un fenómeno cultural en Alemania.
Esto sucedió en 2012 y desde entonces no ha parado. Actualmente actúa con el grupo Selig y con la Orquesta Alemana de Música de Cine. En colaboración con la Radio del Norte de Alemania (NDR), ha aparecido en varios videos traduciendo al lenguaje de signos canciones de estrellas de la música alemana como Xavier Naidoo y el rapero Cro.

"Hace sólo unos años los organizadores de conciertos no hubieran permitido algo así. En el fondo hay una gran discriminación y no quieren que sus espectáculos se identifiquen como espectáculos para discapacitados", lamenta. "Pero la actuación con Keimzeit les hizo abrir los ojos y han descubierto, además, que hay un gran mercado esperando, así que ahora trabajo más y en mejores condiciones de lo que nunca hubiera soñado", dice Schwengber.

Laura Schwengber posee una titulación en lenguaje de sordos. Actualmente, se encuentra cursando la formación 'Lengua y Cultura de la comunidad sorda' en la Universidad Humboldt, de Berlín. En Alemania hay 80.000 sordos y 16 millones de personas que padecen discapacidad auditiva, pero el país no reconoció oficialmente el lenguaje de signos hasta 2011. Se considera un elemento de la evolución de esta lengua, que "en modo alguno es una lengua estática y en estos momentos se encuentra en un intenso proceso de evolución".

Su objetivo es "contactar a los sordos con el sonido a través del componente visual y hacer de su sensibilidad la caja de resonancia necesaria para que en su interior se produzcan vibraciones similares a las que a nosotros nos permiten escuchar música". Y a juzgar por su éxito, lo consigue. No en vano, Beethoven ya nos demostró que los sordos también pueden disfrutar intensamente de la música.

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