“Somos personas sordas, así nos identificamos y así queremos que la sociedad nos reconozca. Tarea difícil cuando la sordera aún se concibe como una limitación”.
Recuperar estas palabras es fundamental para poner de manifiesto que la realidad de la discapacidad tiene que dejar de ser invisible para la sociedad en un día tan señalado como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
La proclamación del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se celebra cada 3 de diciembre desde 1982, tiene como propósito cumplir con el Programa de Acción Mundial para las Personas con Discapacidad aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidad ese mismo día. El programa nació con el objetivo de fomentar la plena integración de las personas con discapacidad en la sociedad y promover la igualdad de oportunidades.
Sin embargo, algunas discapacidades son más visibles para la sociedad que otras. Concretamente la pérdida auditiva se encuentra en este último grupo, Eugenia Sousa, usuaria de implantes cocleares desde hace 10 años, a causa de una meningitis afirma que “se sabe muy poco de los sordos, sordociegos o sordomudos, ya que no hay elementos físicos que muestren nuestra discapacidad, lo que dificulta mucho las cosas”. Por esta razón, este colectivo pide más sensibilización por parte de la sociedad para trabajar hacia una integración total.
En esta línea, es fundamental el papel que juegan los especialistas en dar voz a estas personas y visibilizar que se pueden buscar soluciones adaptadas a cada paciente con pérdida auditiva. “El cambio que supuso en mi vida la activación de los implantes cocleares ha sido impresionante, y en este cambio entran en juego el equipo de profesionales médicos que colaboran día a día para que personas como yo miremos al futuro con optimismo. Antes de la activación, mi mundo exterior se estaba reduciendo a un reducto interior que no era capaz de reconocer. Ni soñando podía pensar que volvería a tocar un instrumento, hablar por el teléfono móvil o simplemente escuchar un sonido”.
¿Cómo afecta la pérdida auditiva?
El impacto de la pérdida auditiva va más allá de las limitaciones individuales para comunicarse. También puede afectar a la educación, al bienestar social, el sustento y la independencia económica. Nuevas investigaciones también la vinculan con diversos problemas de salud como depresión, demencia o deterioro cognitivo. El impacto económico y social es tan significativo que la OMS ha estimado un coste mundial subyacente anual relacionado con la pérdida auditiva de entre 750–790 mil millones de dólares al año.
Cerca de 360 millones de personas en todo el mundo padecen pérdida auditiva discapacitante, incluidos 32 millones de niños y casi 180 millones de personas mayores. Casi el 90% de las personas con pérdida auditiva viven en países de ingresos bajos y medianos que suelen carecer de recursos y estrategias para hacer frente a la pérdida auditiva. La mayoría de los casos se pueden evitar, mientras que la OMS recomienda una serie de intervenciones para mejorar la comunicación de las personas, una vez que se presenta la pérdida auditiva, entre las que se incluyen los implantes cocleares que, en muchos casos, ayudan a la integración social, educativa y laboral de los usuarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.