Las barreras que impone la discapacidad auditiva a las personas que la sufren son más difíciles de percibir por el resto de la sociedad que otras que afectan a la movilidad o la vista, por ejemplo. Esta situación influye negativamente en un amplio colectivo a la hora de buscar empleo.
El paro es una lacra que afecta a amplias capas de la población, pero en este grupo alcanza a más del 50%, según las estadísticas, aunque alguna asociación lo sitúa en torno al 40%.
Si se tiene en cuenta que las personas con discapacidad auditiva constituyen una comunidad muy heterogénea, esta tasa brutal de desempleo constituye un caso claro de discriminación sociolaboral.
La Asociación "CLAVE, atención a la deficiencia auditiva" (www.oiresclave.org) pretende hacer llegar en el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se celebra el próximo 3 de diciembre, un mensaje de atención sobre los problemas de este colectivo.
Incluir o no la discapacidad auditiva en el currículo es una cuestión de permanente debate entre las personas con problemas de audición: ¿Si lo pongo me excluyen, o me beneficia debido a los beneficios fiscales que percibe la empresa? ¿Qué imagen tiene el empresario de las personas sordas o hipoacúsicas? Un segundo obstáculo lo constituye la entrevista, y en particular si es telefónica. Esta puede ser un obstáculo insalvable, no solo para las personas que se comunican por la lengua de signos, sino también para aquellas que aún teniendo una muy buena comunicación oral no pueden hablar por teléfono o solo lo hacen con personas conocidas.
La creencia de algunos empleadores de que no podrían comunicarse con un trabajador de este colectivo o que su formación es muy limitada contrasta con la realidad. Existe un grupo pequeño de personas que se comunican con la lengua de signos y un grupo muy numeroso de personas con distintos grados de audición que utilizan la lengua oral y que, respecto a su minusvalía, pasan inadvertidos. En ambos grupos hay desde trabajadores sin cualificación profesional a universitarios que ocupan puestos relevantes.
Una vez conseguido el trabajo no cesan los problemas. Las empresas suelen desconocer la dificultad que las personas con discapacidad auditiva tienen para comunicarse con un grupo de personas, para hablar por teléfono o cuando existe mucho ruido de fondo. CLAVE aconseja que el trabajador informe sobre la legislación que le ampara y las posibles adaptaciones del puesto de trabajo e indique cuáles son sus necesidades para realizar su tarea en igualdad de condiciones que sus compañeros.
El Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social, se marca como objetivo establecer medidas para garantizar y hacer efectivo el derecho a la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad.
Entre las medidas que se pueden tomar figuran una buena iluminación que facilite la lectura labial si es precisa, la disposición de los muebles en función del tipo de trabajo y de la necesidad o no de comunicación con los compañeros, la utilización de mesas de reunión redondas u ovaladas para que sea posible mantener el contacto visual con cualquiera de los participantes en las reuniones, el acondicionamiento acústico de los espacios para que se absorba el ruido y se elimine la reverberación o la planificación de reuniones de trabajo proporcionando información anticipada sobre los temas a tratar.
Además resulta conveniente llevar a cabo adaptaciones para que trabajador realice sus funciones: ayudas técnicas para el uso del teléfono, para la comunicación (bucle magnético en el puesto de trabajo, bucle portátil para reuniones o sistemas de Frecuencia Modulada, servicios para los usuarios de LSE) y avisadores y alarmas.
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