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Betanzos impulsa el desahucio por impago en el Complejo San Roque

La historia se repite con el Complejo San Roque de Betanzos, de nuevo inmerso en una demanda judicial en la que el Concello reclama el desahucio por impago, un proceso que también se había iniciado en el 2018 y 2015, por el mismo motivo. 

Desde el consistorio cifran la deuda actual en 2.652 euros, que corresponderían al alquiler del antiguo asilo Manuel Naveira, que funciona como hotel con encanto, durante cuatro años desde el 2018, y el IVA de los dos años anteriores.

El gobierno local llevará al próximo pleno, el jueves, iniciar las acciones judiciales para la reclamación de la deuda, la resolución del contrato de alquiler por impago e incumplimiento de contrato, de las fianzas obligatorias, y la póliza de seguro de responsabilidad civil frente a terceros que se exigían contractualmente. Desde el Concello también se cuestiona que las instalaciones estén subarrendadas. Respecto a las anteriores acciones judiciales, el gobierno local precisa que tras la demanda y antes de la celebración del juicio la empresa había abonado las cantidades que se le requerían.

«Teño investido moito diñeiro»El pago fue lo que anunció que había hecho ayer mismo Gabino Gómez, que está al frente ahora del Hotel Villa de Betanzos. Explica que lleva cinco años gestionando la concesión del Complejo San Roque S. L. y puntualiza que si bien el contrato también incluía la gestión del aparcamiento, este no funciona ya que no tiene autorización de Industria debido a defectos. «O canon teno que abonar Complejo San Roque, pero como eu o teño alugado págoo eu e vou intentar abonalo», reconocía ayer a primera hora, para posteriormente explicar que ya había acudido al Concello y había realizado una transferencia por la deuda pendiente. «Este ano foi a pandemia e é imposible poñerse ao día», explica para justificar los retrasos en el pago de los alquileres. «O hotel funciona en precario, cunha habitación ou dúas alugadas e non da para pagar nada», reconocía Gómez, preocupado también por la repercusión negativa que supone para el negocio este tipo de noticias.

«A pandemia deixounos totalmente afundidos, pero hai que recuperarse, teño investido moito diñeiro nel e espero que isto salga a flote», indicaba Gabino Gómez, que no baraja la posibilidad de ser expulsado de esta propiedad, ya que tiene un contrato por 10 años. El hotel, construido en 1914 como un palacete para su uso como asilo de sordomudos, ha contado con varios subarrendados que han gestionado las 30 habitaciones de las que dispone tras la remodelación que se proyectó en el 2000.

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