sábado, 28 de enero de 2012

En la plaza Bolívar el silencio y las señas ponen su esperanza en manos de una misión


SOCIEDAD

Gestos, gestos y más gestos en medio de un silencio ensordecedor. No hay palabras, no hay ruidos, las manos se convirtieron en su lengua, y la vista en su lugar de encuentro, de entendimiento.

Sin embargo, en medio de esa gran dificultad que debe ser no escuchar ni el susurro del viento ni pronunciar las frases que hacen entendernos, muchas son las personas sordomudas o con discapacidad para el habla y la audición que no se amilanan a la hora de darle la mano la su prójimo, y con fervor y entusiasmo, llevarlos de la mano para devolverles la esperanza de tener una mejor calidad de vida.

Marcos Delgado, un señor de 68 años de edad, acompañado de su esposa y otros amigos que a diario conversan entre gestos y señas, tenían una alharaca que llamaba la atención de todas las personas que esperaban su turno para inscribirse la tarde de este sábado en la Gran Misión Saber y Trabajo.

En medio de esa alharaca que tenían Marcos, su esposa y sus amigos, nos acercamos a una de las trabajadoras del registro de la Gran Misión que está ubicado en la esquina caliente de la plaza Bolívar de Caracas, para ver si una de ellas podía servirnos como intérprete y así lograr la entrevista.

Sin dudarlo, se levantó la profesora Melba García, quien aprendió el lenguaje de señas y colabora como intérprete para este registro. Lo primero que le preguntó al grupo de amigos del señor Delgado, fue quién quería ser entrevistado, y ahí fue cuando Marcos decidió dar sus impresiones.

Marcos se presentó, con papel en mano escribió “Marcos Delgado”, luego que Melba le preguntara su nombre, y así comenzó la conversación.

El señor Delgado cuenta que al enterarse del registro de la Misión Saber y Trabajo, enseguida sintió la motivación de inscribirse y contarle a todos sus amigos y amigas de la comunidad sordomuda a los que a diario visita en un punto de encuentro cercano a la plaza Bolívar.

“Hay muchos sordos que están desempleados, lamentablemente sufren mucho y viven una situación muy difícil por estar desempleados, algunos están en la calle en ocio, otros los han botado de sus trabajos. Por eso yo me he encargado de traer a muchas personas, a mis amigos sordos que se encuentran en la calle, que los botaron de sus trabajos”, comentó el señor Delgado.

En medio de la conversación, cuenta Melba, nuestra intérprete, que tanto el señor Delgado como uno de sus amigos, el señor William Caguana, se han encargado de servir como enlaces de la comunidad sordomuda para inscribirlos en el registro de la Gran Misión y así darles la oportunidad de conseguir un empleo y una mejor calidad de vida.

“Hoy nada más han traído a más de 10 personas de la comunidad sordomuda. Algunos son de otros estados, ellos comenzaron a venir con mayor frecuencia cuando supieron que yo estaba aquí, que los podía ayudar, porque en otros registros no hay intérpretes”, comentó la profesora Melba García.

Intérpretes: necesarios en los registros

“Una de las cosas es que ningún punto tiene intérprete”, comentó Melba, luego de detallar que desde que llegó al registro el pasado sábado, las personas con discapacidad auditiva y de habla han acudido consecuentemente para registrarse.

“Por eso ellos están viniendo a este punto de registro, porque se pueden apoyar en mí. Yo llamo a que tomen en cuenta para las próximas oleadas que tienen otros estados, que se pueda habilitar con tiempo para que cada punto de registro tenga un intérprete para personas sordomudas”, resalta la profesora García.

Entre tanto, el señor Delgado, quien se registró con la esperanza de conseguir un trabajo, comentó que su deseo es laborar en el casco central de Caracas, lugar que conoce a plenitud, en áreas como la mensajería, pues maneja motocicletas y puede resolver diligencias diversas como por ejemplo sacar copias a papeles, que en una ciudad tan ajetreada como Caracas, requiere invertir tiempo valioso.

“Esta es una gran oportunidad para nosotros, porque yo estoy muy preocupado, hay muchos sordos desempleados. Conozco gente de Maracaibo, de San Cristobal, de Bolívar, de La Guaira. Son muchos y eso me tiene muy preocupado porque uno no sabe que van a hacer, de qué van a vivir”, manifestó Delgado.

“Aquí nosotros estamos agilizando el proceso, corremos la voz y entre nosoTros nos buscamos para venir a registrarnos. Esta es una muy buena oportunidad, por eso les digo que vengan, incluso a aquellos que les da flojera”, expresó Delgado con una sonrisa que mostraba su satisfacción, abrazado por su esposa, quien también puso su nombre en el registro de la Gran Misión.

“Quiero seguir ayudando para que Venezuela sea cada día más grande”

Al terminar la entrevista con Marcos, sentimos un toque muy respetuoso en el hombro derecho. Era del señor William Caguana, quien quería también dar sus impresiones y contar la satisfacción que siente al ayudar a otras personas.

Para el señor Caguana, una de las motivaciones de ayudar a sus compañeros sordomudos, es tratar de darles la oportunidad de vivir una mejor vida, de que puedan encontrar trabajo y así poder ayudar a sus familias, llevar sustento a la casa y alimentos para sus hijos, y sobre todo que no existan inconvenientes por la falta de dinero que en muchos casos han acabado con la unión de familias sordomudas.

“Yo trabajo como un comisario de la policía, estoy siempre pendiente en la calle por los sordos pero sólo no puedo. Lamentablemente no hay trabajo para nosotros, eso nos trae problemas a la familia, porque no podemos producir, muchos tienen hijos que mantener, y a veces no tienen cómo hacerlo, entonces a veces los matrimonios se separan y eso desvirtúa a la familia y se desintegra con facilidad”.

En ese sentido, Caguana comenta que la oportunidad de conseguir empleo a través de la Gran Misión Saber y Trabajo, “es una oportunidad para que el presidente Chávez nos ayude, pues muchos sordos son muy pobres, no tienen dinero, ni casa, ni comida, algunos los han botado de sus trabajos por ser sordos, hay unos que no han ido a la escuela, están como presos, como unos esclavos, atados”.

“Por eso yo les digo: 'Vengan, vengan, vengan para acá'. Algunos no hacen caso, pero hay que tener paciencia con ellos, porque yo quiero ayudarlos”, agrega el señor Caguana con una gran certeza en su rostro.

Al hablar de su registro, William contó que lo que lo impulsó a inscribirse fueron sus ganas de “seguir ayudando para que Venezuela sea cada día más grande, y por eso es importante una misión como esta, porque muchos han visto las cosas que está haciendo el Presidente, y eso nos da confianza y esperanza para tener una mejor calidad de vida”.

“Gracias a Dios que ustedes que nos están ayudando”

William quiso hacer público su agradecimiento a los intérpretes que trabajan en distintos medios de comunicación, por convertirse en un enlace y facilitadores de información que antes no podían recibir.

“Es muy importante el trabajo que hacen los interpretes en televisión, porque podemos conocer lo que dice el presidente Chávez, por eso yo les doy las gracias por el trabajo que hacen para llevar la información. Gracias a Dios que ustedes están ayudando con el trabajo que hacen”, agregó.

Caguana es carpintero, con gran experiencia en trabajos relacionados con la madera. Además, es voluntario de Protección Civil y Administración de Desastres, y le gusta cuidar a las personas que están en la calle, les lleva comida, agua y si están enfermos o se sienten mal, trata de ayudarlos en la medida de sus posibilidades.

Antes de despedirse, William nos dio una fuerte palmada, con una gran sonrisa, y dijo: “Ojalá que a los que están desempleados y no tienen casa, pronto les llegue su trabajo y su hogar”. Así, se fue a buscar a otros compañeros tanto de la comunidad sordomuda como con otras discapacidades.

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