lunes, 25 de octubre de 2010

Una sencilla prueba determina si los bebés sufren deficiencia auditiva

El hospital de La Línea es pionero en la puesta en marcha de esta técnica que ahora es obligatoria en la sanidad pública. Detectar este problema a tiempo favorece la integración de estos niños en la sociedad

El hospital de La Línea realiza a los bebés recién nacidos las pruebas de hipoacusia para determinar si tienen o no problemas de audición desde hace ocho años. Ahora es una prueba médica implantada a nivel nacional y que es ineludible en los centros sanitarios públicos pero el linense fue pionero en Andalucía y en España, junto con el de Puerto Real y el de Valme en Sevilla. Prevención es la palabra clave.

Un total de 1.618 niños nacieron a lo largo de 2009 y en lo que va de año y ninguno de ellos nació con deficiencias auditivas. Una buena noticia para los pequeños y sus padres, que el equipo médico pudo dar gracias a la realización de esta prueba.

El especialista en Otorrinolaringología Carlos Murga destacó a este medio la importancia de este programa ya que sirve para detectar de forma precoz la sordera. "A los niños que tienen un defecto de audición se les pone un implante para que puedan oír y eso es fundamental hacerlo a una edad temprana para que no tengan problemas al hablar. Si un niño nace sin oír, una vez que ha cumplido los 10 o 12 años es más difícil su integración", señaló Carlos Murga, que añadió que el interés de la sociedad médica está en "controlar a esa parte de la población que no oye y que no tiene por qué ser sordomuda como ocurría antes porque esos niños no son mudos".

El especialista añadió que hace 50 años "había niños que fruto de infecciones y enfermedades se quedaban sordos y ahora gracias a los avances de la medicina y a las vacunas eso se produce con mucha menos frecuencia" y además con esta prueba se detecta y se afronta el problema desde el nacimiento del bebé.

Aunque ahora se le realiza a todos los recién nacidos, antiguamente sólo se les practicaba la prueba a los niños incluidos en el grupo de riesgo. Por supuesto, hoy en día se les sigue prestando una especial atención. En este grupo se encuentran los bebés fruto de un embarazo difícil porque sus madres han sufrido infecciones o tomado medicamentos; los que han nacido con un color amarillento fruto de una subida de bilirrubina que les dura más de dos días; con antecedentes de sordera en su familia; los que han tenido un parto complicado porque nacen con una doble vuelta de cordón, se partió la bolsa del líquido amniótico o ha sido un parto laborioso; y los que nacen con una malformación congénita "aunque no tengan nada que ver con el oído porque tenemos que suponer que si hay una malformación la puede haber en más sitios del cuerpo", apuntó Murga. A los niños a los que se les detecta un defecto de audición mediante esta prueba, "indolora e inocua" para el bebé y que además se realiza en unos pocos minutos, se les hace un seguimiento específico los tres meses siguiente para determinar si el problema persiste y si es así, colocarles un implante.

Murga destacó que para que este tipo de pruebas existan "se necesita un servicio de salud potente que trata de cubrir a toda la población".

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