jueves, 31 de diciembre de 2020

El 29% de usuarios de la Asociación de Familias de Personas Sordas de Burgos tiene menos de tres años

 NOTICIAS DE CASTILLA Y LEÓN - ASOCIACIONES


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 5% de la población tiene problemas auditivos, esto puede suponer 32 millones de niños. En España la cifra alcanza el 8% y cinco de cada mil bebés nacen con esta discapacidad. En Castilla y León hay 12.500 personas afectadas. En lo que se refiere a Burgos, la Asociación de Familias de Personas Sordas (ARANSBUR) atiende a 70 personas y 20 de ellas son menores de tres años.

Para que ARANSBUR continúe con su trabajo social, la cooperativa Cajaviva ha firmado un acuerdo por el que les entrega 6.400 euros. El director de Cajaviva, Ramón Sobremonte, explica que este fondo forma parte de un total de 2 millones que se repartirá para actuaciones que desarrollen la provincia y a colectivos "con dificultades".

Y en un momento especialmente difícil se encuentra la asociación de personas sordas, que con la llegada de la pandemia ha visto reducida su integración social. El vicepresidente de ARANSBUR, Óscar Vidal, comenta que lo están pasando mal porque las mascarillas homologadas ocultan los labios e impiden que una persona con dificultad auditiva pueda leerlos y formar parte de una conversación.

Sin embargo, cree que ahora hay más concienciación sobre ello.

La asociación trabaja con atención temprana, logopedia, lengua de signos o búsqueda de empleo, entre otras; y es vital que lleguen ayudas como esta de Cajaviva para salir adelante, ya que predice que irán a menos.

En los colegios los niños echan en falta el uso de FM, un dispositivo de ayuda que consiste en un micrófono (utilizado por la persona que habla) y un receptor (utilizado por la persona con deficiencia auditiva). El emisor capta la voz de la persona que habla y la envía al receptor, que a su vez la transmite a los audífonos o implante coclear.

Esto permite que la persona con dificultades de audición pueda oír directamente a su interlocutor, aunque este no se encuentre relativamente cerca e independientemente del ruido

Este tipo de tecnologías son caras y por eso escasean en las aulas, impidiendo que niños sordos puedan estar en igualdad de condiciones. Por ello, ARANSBUR usa mamparas en las clases de logopedia, una medida que en los colegios se sustituye por mascarillas.


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