InfoSord, 03/10/2009
Por AINHOA CALLEJA
El Festival cultural de la comunidad sorda, que se ha enmarcado a lo largo de estos días en una semana de sensibilización, ha tratado de estrechar lazos entre la comunidad sorda y oyente de Tolosaldea.
«Nuestro principal objetivo ha sido luchar contra la exclusión social derribando las barreras de comunicación que nos separan de la comunidad oyente. Queremos sensibilizar a la población y aproximarla al mundo de las personas sordas, con sus dificultades y con sus esfuerzos por integrarse», destaca el presidente de la Asociación Gainditzen, Alberto Etxeberria.
Uno de los eventos más destacados ha sido el festival infantil que se ha desarrollado en el cine Leidor y al que han acudido 600 alumnos, procedentes de Laskorain, Hirukide y Samaniego de Tolosa; Uzturpe de Ibarra; Fleming de Villabona; San Benito de Lazkao y la Asociación Aransgi.
Los niños pudieron disfrutar de las actuaciones de teatro, los cuentos, las proyecciones y los cortometrajes, pero no de la manera a la que están habituados. El festival se desarrolló prácticamente en silencio, pero todos los niños, sordos y no sordos, pudieron seguirlo a través del lenguaje gestual y la lengua de signos.
En silencio
Sketches cómicos, la actuación de un mimo, el cuento de la escoba mágica contado a través de la lengua de signos, un DVD con subtítulos... éstas fueron algunas de las actuaciones que pudieron verse. Dos de los espectadores, Ane Dorronsoro y Harriet Alargunsoro, alumnos de la ikastola Laskorain, comentaban que era la primera vez que asistían a un festival de este tipo: «Nos hemos reído mucho porque casi todo el espectáculo ha sido en tono de humor», expresaban los alumnos. Lo que más les llamó la atención fue la actuación del mimo, sobre todo porque les hacía creer no sólo su interpretación sino también el espacio imaginario donde se desarrollaba.
Según destacaban los niños, este festival les ha ayudado a comprender mejor algo que posiblemente no se habían planteado: «Hemos visto cómo es el mundo para una persona sorda y las dificultades que pueden tener para comunicarse». Por otra parte, el festival les ha enseñado, que a veces, a través de los gestos y los signos, no hay barreras para la comunicación, tal como se ha demostrado en las diferentes actuaciones.
Reflexión en el paseo
A lo largo de la semana, en el paseo San Francisco se ha mostrado una exposición con una serie de paneles que ilustraban las barreras comunicativas de las personas sordas. Los ejemplos invitaban a la reflexión: la necesidad de un teléfono de texto para hablar con un amigo; la necesidad de intérpretes para entender y hacerse entender en la consulta del médico, ante un juez, un profesor o un agente de tráfico; u otros problemas tan cotidianos como no oír los avisos por megafonía de la estación de tren, o las máquinas de un taller, el llanto de un hijo, las alarmas de emergencias... Todos estos problemas se podrían solucionar fácilmente con intercomunicadores que convierten las señalas acústicas en luminosas o en vibraciones.
La Semana de Sensibilización se completó con dos talleres, y con actuaciones de teatro en lengua de signos con doblaje y varios cortometrajes.
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