SANIDAD
Por cada 1000 niños nacidos 1 a 3 pueden nacer con sordera total cada año y de 1000 niños oyentes el 10% puede perder la audición por algún factor genético, autoinmune o traumático que se presenta en el desarrollo antes de los cinco años.
Uno de los problemas de la sordera es que no se ve, principalmente por la falta de información de los padres al respecto, por lo que el conocimiento marca una gran diferencia para poder acabar con ese silencio prolongado que acompaña a los niños desde el día de su nacimiento.
Las principales causas de la sordera tienen que ver con “una razón genética, sindrómica, niños que traen unos factores especiales en su diseño genético y están asociados con pérdidas auditivas y con muchos otros problemas. Adicionalmente, las de causa de herencia de aquellas personas que pueden nacer con una audición normal, pero que en determinada etapa de su vida la pierden” afirmó Carmenza Gómez Hurtado, Audióloga.
Además existen razones traumáticas que son causadas por accidentes, degenerativas y las de tipo infeccioso que por alguna razón van deteriorando lentamente el oído. Adicionalmente y no menos importantes, las que se relacionan a enfermedades en las madres gestantes.
“Enfermedades en el momento de la gestación como la rubeola, problemas de incompatibilidad de sangre de RH, todas las que son sindrómicas, toxoplasmosis, enfermedades que le dan a la madre y que afectan al bebé en el momento del mismo parto, porque hay partos traumáticos de los que resulta el niño afectado” indicó la doctora.
Según Hurtado en Colombia hay gran deficiencia en la prevención y en la evaluación. “Educar una madre gestante para que cuide ese hijo que trae, son cosas que todavía siguen siendo ausentes”.
Las madres y padres son los que notan que los hijos no reaccionan, por lo que es importante identificar las señales para determinar si un niño tiene pérdida auditiva.
“Hay una etapa crucial del niño que son sus tres primeros años, cuando un niño entre los seis y los ocho meses no tiene una reacción de susto o de llegar al llanto porque se cae algo fuerte, porque una puerta se cierra y no muestra una reacción al impacto auditivo, ahí es la señal” indicó la doctora.
El desarrollo del lenguaje también es un factor que se debe tener en cuenta para poder determinar si un niño presenta un retraso y un posible problema auditivo.
“Al año un niño debe decir 10 palabras, lo que significa que el niño está respondiendo al estímulo de lo que oye, si no las tiene y hay un retraso en el desarrollo del lenguaje, es el índice mayor” puntualizó Hurtado.
Marcela Carrasquilla, madre de Laura, una niña que hoy tiene 15 años, se dio cuenta que su niña a los 13 meses no caminaba, por lo que acudió a realizar exámenes médicos y determinaron que había nacido totalmente sorda.
“No caminaba ni hablaba, esa fue la primera señal. Hicimos todos los exámenes pertinentes y como en esa época el pos no cubría la cirugía del implante coclear, tuve que instaurar una tutela y 15 días después del fallo la operaron” afirmó Carrasquilla.
Sorprendentemente, Laura la única palabra que pronunciaba antes de la cirugía era ‘mamá’, “es que ella tiene muy buena lectura de labios y solamente podía pronunciar esa palabra” agregó.
“Yo llevo una vida normal, hago todo normal, desarrollé mi lenguaje como debe ser” afirmó Laura Díaz Carrasquilla, quien lleva 13 años con el implante.
Las probabilidades de un niño de recuperar su vida normal depende de la rapidez con la que sea diagnosticado y se le pueda practicar la cirugía del implante coclear que consiste en un dispositivo que reemplaza al máximo la estimulación auditiva.
Cuando un niño llega a los 3 años se tiene sólo el 70% de buen pronóstico, cuando llega a los 4 o 5, el pronóstico es reservado, mientras que cuando llega antes de los 2 años, es un niño que puede tener una rehabilitación corta, rápida, exitosa y que puede entrar a un colegio normal y los padres se olvidan que el niño nació sordo.
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