viernes, 26 de julio de 2013

El Ayuntamiento destinará 36.000 euros a la Asociación de Personas Sordas de La Rioja para apoyar su inclusión

La alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, ha ratificado esta mañana con el presidente de la Asociación de Personas Sordas de La Rioja, Oscar Rodríguez, un convenio de colaboración para contribuir al objetivo de "conseguir la participación e inclusión social de las personas sordas en la comunidad", para el que el Ayuntamiento destinará 36.000 euros.

Logroño.
La alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, ha ratificado esta mañana con el presidente de la Asociación de Personas Sordas de La Rioja, Oscar Rodríguez, un convenio de colaboración para contribuir al objetivo de "conseguir la participación e inclusión social de las personas sordas en la comunidad", para el que el Ayuntamiento destinará 36.000 euros.
Como ha explicado Gamarra, el programa que apoya el Ayuntamiento consiste en "la promoción de la autonomía personal del colectivo de personas sordas, con los objetivos de eliminar las barreras de comunicación a fin de incrementar la independencia y autonomía de las personas sordas".
Se busca de este modo "facilitar a la persona sorda el acceso a los ámbitos de empleo, cultura, formación, educación, ocio... en igualdad de oportunidades".
LENGUA DE SIGNOS.
En este caso concreto, y para la consecución de estos objetivos, la Asociación de Personas Sordas de La Rioja dará continuidad al Servicio de Intérpretes de Lengua de Signos, mediante la contratación de un intérprete de Lengua de Signos Española (ILSE), con el que se llevarán a cabo servicios de acompañamiento y actividades en grupo. "El intérprete acompañará a la persona sorda en la realización de acciones de vital importancia para la misma como acudir a una consulta médica, realizar una gestión bancaria o jurídica, actuaciones relacionadas con el acceso al empleo, reaccionar ante una situación de urgencia o llevar a cabo una llamada telefónica", ha explicado.
El interprete, asimismo, "facilitará el desarrollo de actividades de carácter grupal dentro y fuera de la sede de la asociación".
Para la ejecución de este programa de promoción de la autonomía personal de estos logroñeses que padecen deficiencia auditiva, el Ayuntamiento dispone de 36.000 euros.
Se trata de una ayuda que muestra "la prioridad que para este Equipo de Gobierno tienen los programas sociales, que se mantienen estables hasta en unos momentos económicos difíciles".
En este sentido, y tal como ha explicado la alcaldesa, "uno de los compromisos más firmes que hemos establecido en este Mandato es propiciar que Logroño sea cada vez una ciudad más inclusiva, logrando la integración de todas las personas en igualdad de condiciones"
"Más de 9.000 vecinos de Logroño padecen algún tipo de discapacidad y para ellos estamos trabajando arduamente, avanzando en el camino de la inclusión", ha dicho Gamarra, quien ha recordado la reciente creación del Consejo Municipal de la Discapacidad y la Ordenanza de Accesibilidad Universal en estos momentos en fase de redacción.

Una comunicación a tres bandas

Para llevar a cabo actividades tan cotidianas como ir al médico o a un banco, las personas sordas necesitan la compañía de un intérprete para entender y que se les entienda. En La Rioja hay alrededor de cuatrocientas, aunque solo 92 forman parte de la Asociación de Personas Sordas de La Rioja. A partir de ahora, el número de 'intermediarios' de los que dispondrá la asociación para esa comunicación, o lo que es lo mismo, de intérpretes, va a aumentar de tres a cuatro. Una manera de ir eliminando barreras.
«Si tenemos comunicación, podemos desenvolvernos mejor en la vida diaria», sostiene Óscar Rodríguez, presidente de la Asociación de Personas Sordas de La Rioja. Explica que «cada día nos enfrentamos a dificultades que solucionamos gracias al intérprete y a la lengua de signos». Y añade que «con esto, todo es mucho más fácil y normalizado».
Sus demandas como colectivo se centran fundamentalmente en la figura de estas personas que les permiten «mejorar nuestra vida». Rodríguez reconoce que las nuevas tecnologías, como internet o los mensajes con los móviles, les han facilitado poder comunicarse, pero que «para temas presenciales, necesitamos alguien que nos ayude a interactuar con el resto».
Por este motivo, el Ayuntamiento de Logroño ratificó ayer un convenio por el que destinará 36.000 euros para la contratación de un intérprete de lengua de signos española. Se encargará de acompañar a una consulta médica, jurídica, laboral o ante una situación de emergencia a quienes padecen esta deficiencia auditiva. También facilitará el desarrollo de actividades en grupo dentro y fuera de la sede de la asociación. Con esta medida, el número de intérpretes de los que dispondrá se incrementará hasta cuatro, cada uno de ellos especializado en un área concreta.
En el ámbito laboral, su situación sigue siendo complicada. Rodríguez señala que la educación que han recibido y el nivel de estudios suelen ser bajos, por lo que los puestos de trabajo a los que optan son de una cualificación inferior. «En la sociedad hay formación, pero no está contemplado un intérprete para nosotros», puntualiza.
El presidente cuenta que muchas personas oyentes tienen una imagen equivocada. «Al no comunicarnos con ellos, piensan que solo hablamos con las manos o que no estamos integrados porque no se dan cuenta de que necesitamos que nos miren a la cara para que les entendamos mejor», aclara. Incluso, revela que «a veces nos escriben mensajes con frases que ni entendemos, ya que nuestra educación es muy básica». Y ofrece una solución al problema: «Hay que intentar explicarles cómo somos para poder integrarnos».
En cuanto a la respuesta de las instituciones respecto a su problemática, afirma que «el Ayuntamiento y el Gobierno regional siempre les han ayudado en todo lo que han podido y han mantenido la colaboración que tenían desde hace tiempo, sin recortarnos nada».

Rodríguez subraya la importante evolución que, en los últimos años, se ha producido en torno al papel de las personas sordas en la sociedad. Señala que antes la situación era «bastante mala». Cuenta que estaban en colegios sin integración y que tenían que salir fuera de Logroño para poder estudiar en colegios especiales. Hoy en día siguen encontrándose con múltiples barreras y con la dependencia de una tercera persona para poder comunicarse. Sin embargo, no duda que, a pesar de todo, «ahora la vida es muy diferente».

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