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Los padres de familia y estudiantes realizaron un plantón el año pasado en la Judicatura, reclamando justicia por el terreno que está en disputa.
Ibarra.-
Armar rompecabezas, pintar y escribir, son las principales actividades que mantienen concentrados a 10 personas con discapacidad en la Fundación Amor y Paz.
Personas con síndrome de Down, parálisis cerebral, sordos y con autismo han hecho de esta institución su escuela, donde han aprendido a escribir, por lo menos sus nombres.
La finalidad de educar a estas personas es para que puedan defenderse solas en las calles, así lo confirmó el docente Mike López, que ya tiene más de dos años enseñando.
“La idea es que ellos se defiendan ante la sociedad y lo que siempre intentamos inculcarle a los padres es que les vean como una ayuda y no como un estorbo”, mencionó el profesor.
El taller más importante que han tenido fue el de pintura, donde dos chicos ya han podido vender sus cuadros.
Experiencia.
Para Mike es un orgullo compartir los aprendizajes con estas personas.
“Primero nos hacemos más humanos, ayudas a la sociedad y aplicamos lo aprendido en la universidad, es un complemento total para mí”, dijo el docente.
Uno de los deseos para los padres de familia y el personal administrativo de la fundación es que se construya el nuevo centro, pero por un problema legal todavía no pueden iniciar con el proyecto, a pesar de que ya cuentan con los planos aprobados del Municipio.
Martha Bedón, directora de la fundación, explicó que antes la institución funcionaba en el parque San Martín, pero después se trasladaron a otro espacio, donde ya tienen cuatro años.
Espacio.
El terreno actual actualmente se encuentra en disputa, donde un ciudadano que arrienda, según Martha, quiere adueñarse del espacio.
La directora recuerda que hace aproximadamente 20 años hicieron una donación de 15 millones de sucres al Municipio para que la fundación funcione en beneficio a las personas con discapacidad.
Indicó que ganaron la primera audiencia, pero aún están en espera porque se realizará una inspección en el terreno por orden del juez.
“Tenemos una aspiración de hacer una escuela grande con talleres para prepararle a los estudiantes y no solo para un grupo pequeño, queremos que toda la ciudadanía también se beneficie”, añadió Martha.
Rosario Zuleta es la secretaria y también representante de su hermano Luis, quien es uno de los fundadores. “Este sitio es un milagro para nosotros porque aquí están bien acogidos por el profesor y sus compañeros, la fundación es parte de sus vidas diarias”, contó Rosario.
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