Pinto (Madrid)
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº3 de Parla ha anulado el préstamo hipotecario y posterior renovación de ampliación que había sido avalado por Antonio Pleguezuelos y su mujer María del Carmen Lebrón. Los dos vecinos de Pinto, que tienen 78 y 83 años, respondieron por uno de sus hijos con la vivienda en la que llevan viviendo desde 1970 y de la que casi fueron desahuciados por Bankia. La presión social hizo que el banco reculase y les ofreciese un alquiler social.
El magistrado afirma que su hijo no les explicó qué estaban firmando y reconoce que necesitan “la intervención de terceras personas en todo aquello que salga de sus rutinas”.
Antonio Pleguezuelos y María del Carmen Lebrón con uno de sus hijos, Benjamín |
Ahora la Justicia ha dado la razón a la pareja, que pedía la anulación del préstamo porque su hijo no les explicó fehacientemente las consecuencias que puede conllevar un aval a pesar de su condición de sordomudos y analfabetos. Aunque el magistrado considera insuficiente la capacidad mental de Antonio y María del Carmen para emitir su fallo, sí reconoce que necesitan “la intervención de terceras personas en todo aquello que salga de sus rutinas”.
La doctora que los atiende habitualmente testificó en el juicio y manifestó que la pareja se limita “a hacer aquello que les dicen las personas en las cuales confían, principalmente sus hijos y personas de su entorno más inmediato”.
Es por ello que la sentencia anula el préstamo al considerar probado que su hijo no les expuso con claridad lo que realmente estaban firmando cuando “son personas que entienden todo aquello que les sea explicado suficientemente […], siempre que no se trate de cosas que tengan especial complejidad”.
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