lunes, 15 de octubre de 2012

Para que nadie se quede sin 'ver' la tele

20/08/2012

MEDIOS DE COMUNICACIÓN


Lenguaje de signos, subtítulos, explicaciones al margen del guion. Las personas invidentes y sordas también pueden disfrutar de la programación 

Saben perfectamente quién es Homer Simpson, aunque no tengan ni idea de que su piel es amarilla. No han escuchado jamás a Soraya Sáenz de Santamaría en el Congreso y aun así conocen su forma de expresarse. La voz de Clint Eastwood no es la de Constantino Romero, pero mediante descripciones han vivido la secuencia en la que el actor apunta a un delincuente con su 'Magnum calibre 44' y suelta aquello de «¡Alégrame el día!». Un invidente o una persona sorda tienen una cultura televisiva parecida a la de cualquiera, y todo gracias a los contenidos transmitidos con el lenguaje de signos, los audiodescritos y los subtitulados. Y, por supuesto, a los profesionales que trabajan para que las noticias de Matías Prats o Pedro Piqueras no falten en ningún hogar.
No todos los contenidos pueden adaptarse para las personas invidentes o con problemas auditivos, pero el porcentaje va creciendo anualmente. En España, el 65% de los programas están subtitulados -se activa, como todos los demás sistemas de estas características, con el mando a distancia- y en 2013 se alcanzará el 70%. Pero hay otras modalidades que facilitan la accesibilidad total.
Una de ellas es la audiodescripción, método poco conocido que consiste en explicar lo que está ocurriendo en una película. «Es importante escoger programas que son apropiados y adecuados», explica Diana Sánchez, directora de Red Bee Media en España, una empresa internacional dedicada a los servicios de accesibilidad que trabaja para Antena 3, RTVE y la FORTA. «Primero nuestros guionistas crean el argumento audiodescrito, con detalles exactos que reflejen el estilo del programa, respetando la integridad de las obras. Después grabamos el audio, que se introduce en la banda sonora, aprovechando los espacios libres entre diálogos. Esta voz en 'off' nos narra la acción, de forma que podamos seguir la trama argumental haciendo uso solo del canal auditivo».
Todo se complica cuando les toca audiodescribir una película tan peculiar como 'Torrente'. «En estos casos tenemos que ser lo más fieles posible, puesto que se ofende más censurando que describiendo escenas soeces. Muy curiosa también fue la película 'Cavernícola', que carece de diálogos y la describimos entera».
La lengua de signos, por su parte, aporta un valor añadido frente a los subtítulos, porque la persona que signa expresa más emociones que las palabras escritas. Por eso estas empresas buscan un perfil concreto: «Los intérpretes son seleccionados con el apoyo de asociaciones de sordos», explica Sánchez. «Cada vez buscamos más que los signantes sean personas con problemas auditivos porque la lengua de signos es equivalente a su idioma materno, y por eso tienen más capacidad para traducir los contenidos». Sin embargo, para las transmisiones en directo los signantes que oyen son los que están más capacitados, «por lógica».
En España se signan en total unas 600 horas anuales -Reino Unido nos saca gran ventaja, ya que alcanza las 3.400-. Los contenidos más frecuentes son los telediarios matinales, pero poco a poco se van sumando documentales, ficción y películas. En La2 incluso existe un programa específico que se llama 'En lengua de signos'.
Riguroso directo
Los métodos principales de subtitulado son tres: grabado, semidirecto y directo. El último es el más complejo porque permite subtitular, con escasos segundos de retraso, magacines, informativos, deportes, eventos y ruedas de prensa: «Subtitulamos a cualquier hora, día o noche, los 365 días del año».
Para ello se utiliza una técnica de reconocimiento de voz que se conoce como 'rehablado'. La máquina repite ante un micrófono el audio del directo, añadiendo signos de puntuación y diferenciando con un color a cada persona que participa. Las palabras que dice se convierten directamente en subtítulos en el televisor. «En el caso de los partidos de fútbol, por ejemplo, ¿de qué serviría contar la acción en subtítulos como si fuera para radio? Es inútil ir narrando la acción con cinco segundos de retardo, el usuario sordo lo puede ver. En este caso, el rehablador debe limitarse a subtitular los comentarios, no la narración», aclara la directora de Red Bee Media.
El rehablado tiene una fiabilidad del 99%, pero nunca se pueden prever los fallos, algunos bastante cómicos: «Gays cubanos en vez de 'guipuzcoanos', o 'salsa de Channel' en vez de 'bechamel'». Y si quedaba alguna duda, son capaces de 'rehablar' las Campanadas mientras se comen las uvas.

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