POR INCREÍBLE QUE PAREZCA…

Buen día, gente

Entramos de lleno en la temporada de verano, aunque aún falta un mes para que sea verano.

Tras el paso de las elecciones europeas, autonómicas y municipales, me veo en la obligación de aclarar algunas cosas.

Lo primero es que mi mujer ha regresado a casa a altas horas de la noche tras estar sentada, desde las 8 de la mañana, en la mesa electoral de nuestra circunscripción.

Muchas anécdotas durante la jornada electoral, pero las iré narrando poco a poco.

Lo que lamento es haber acertado en mi vaticinio sobre Podemos.

Escribí en su momento que Íñigo Errejón Galván cometía un tremendo error abandonado Podemos, donde era su segundo líder, para entrar en un grupúsculo de ámbito local: Más Madrid, fundado por la ex jueza Manuela Carmena Castrillo…, de Manuela Carmena Castrillo no opino ya que iba como independiente y se la tenía jugada.

El inexperto Íñigo Errejón Galván, aunque sea politólogo, le jugó una mala pasada a Pablo Iglesias Turrión haciendo caso a las “cloacas del Estado” y con su ciega ambición se llega la conclusión de que suben los socialistas y la derecha recupera Madrid, Ayuntamiento y Comunidad.

Íñigo Errejón Galván, te pregunto ¿Mereció la pena?, hasta la propia Manuela Carmena Castrillo renunciará al acta y abandonará la política. Ni siquiera acepta un posible pacto con Ciudadanos.

Tras fracturar, Íñigo Errejón Galván, la formación morada con su paso a Más Madrid, rompió por completo esa magnífica unión de izquierdas progresista y afectando a casi todas las confluencias del partido que él mismo, junto a Pablo Iglesias Turrión y Juan Carlos Monedero Fernández-Gala habían fundado tras el memorable 15-M.

Este politólogo está lejos de la filosofía política de que la unión hace la fuerza y se ha quedado en un mero papel de diputado en la Comunidad de Madrid, cuando podría haber obtenido mucho más si hubieran permanecido unidos en Podemos sin tanta alharaca con la creación de partidos menores llamados confluencias (Andalucía Adelante, En Comú Podem, Compromís, Ahora Cádiz, etc), siendo el único partido que se estropea a sí mismo con tantas mareas.

Lamento ahora que Podemos solo sea un residuo de lo que al principio creí como un buen partido de izquierdas y progresista. Que por cierto ese era el objetivo de los demás partidos del espectro político nacional, PSOE, PP, Ciudadanos, etc. que se empeñaron en destruirlo y a los que ayudó demasiado la deserción de Íñigo Errejón Galván y la postura de Manuela Carmena Castrillo.

Por lo demás, de Podemos (mejor dicho de sus confluencias), solo se salvaron los ayuntamientos de Cádiz y Valencia, donde José María González Santos (Kichi) y Joan Ribó i Canut consiguieron sobrevivir.

Por otro lado, vemos con preocupación el auge de la ultraderecha en Europa, aunque es un alivio que el ‘souflé’ de Vox baja bastante en las elecciones locales y se desfonda en las europeas, a pesar de que puede ser la llave en algunos ayuntamientos y comunidades como Madrid. Solo hay que esperar el comportamiento político de sus candidatos ya elegidos y veremos lo que nos deparará el futuro: ingobernabilidad en algunas instituciones por las imposiciones de este partido ultraderechista.

Para terminar, quiero advertir al líder de Podemos, Pablo Iglesias Turrión, que si no logra la unificación de su partido poco podrá esperar en el futuro… los partidos de derechas y el PSOE siempre están atentos y tratan por todos los medios de dividir a la verdadera izquierda que, desde la II República, siempre andan batallándose entre ellos en una guerra fratricida dominada por la ambición de poder.

Eso influye mucho en las intenciones de los votantes, hartos como estamos de las discusiones dentro de un mismo partido.

Claro es que nuestro país aún dominan las derechas, quieran que no, y más claro está en Euskadi y Navarra, donde la unidad es primordial.

En fin, la vida sigue y yo también, dejando de momento la preocupación por la política de izquierdas, que no me convencen, y centrándome en cometidos genéricos.

En fin, la vida sigue y yo también, dejando de momento la preocupación por la política de izquierdas, que no me convencen, y centrándome en cometidos genéricos.

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