POLÍTICA
Durante los últimos años, las manifestaciones independentistas de la Diada del Onze de Setembre han sido un éxito. Al terminar hay siempre hay un baile de cifras, pero lo que queda es la imagen de las calles llenas de ciudadanos vestidos con camisetas reivindicativas y armados de banderas esteladas clamando por una "Cataluña libre".
Este año las cosas podrían cambiar. La Diada coincide con el día en que arranca la campaña para las elecciones del 27 de septiembre. La organización de la manifestación está en manos de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural. Las dos ex presidentas de estas entidades, Carme Forcadell y Muriel Casals, se ha incorporado a la lista de Artur Mas, Junts pel sí. Eso ha provocado que independentistas simpatizantes de otras candidaturas vean con recelo la convocatoria al considerarla partidista.
Muchos tramos vacíos
Además, muchos independentistas están ya un poco cansados de concentrarse cada Diada. La idea tenía sentido cuando la posible independencia de Cataluña era una entelequia. Pero ahora, es algo más real. Algo que se votará el 27 de septiembre, por lo que algunos ciudadanos pueden desanimarse, pasar de la manifestación y concentrar sus fuerzas en la jornada electoral.
Estos factores hacen temer a la organización de la manifestación, que transcurrirá por la avenida Meridiana hasta el Parlament, que la asistencia sea menor que en años anteriores. De hecho, hay "muchos tramos vacíos", según ha explicado este martes el presidente de la ANC, Jordi Sànchez.
De momento, 170.000 inscritos
La Meridiana mide 5,2 kilómetros y de momento sólo se han llenado 2,2 kilómetros en los lugares donde hay paradas de metro cercanas. Quedan por tanto, tres kilómetros por completar. Por eso, la Asamblea y Òmnium han hecho un llamamiento a la población para que se sume a esta manifestación.
De momento hay, 170.000 inscritos, pero "eso no es suficiente". "No nos conformamos", ha asegurado Sànchez tras recordar que el año pasado se inscribieron 550.000 personas. La Asamblea atribuye el bajón de inscritos al hecho de que es verano y mucha gente está de vacaciones.
Campaña publicitaria
Confía en que las peticiones para inscribirse se reactivarán a principios de septiembre, pero no quiere dejar nada al azar. Por eso ha puesto en marcha una campaña publicitaria, que ha costado 200.000 euros, y que servirá para intentar atraer a más manifestantes.
La Asamblea, que aún no tiene datos de cuánto costará la organización del Onze de setembre, también ha querido salir al paso de las críticas por separar por tramos a colectivos como el de inmigrantes, el de gays o el de personas sordas. Para Sànchez, esa distribución "no es discriminatoria", sino una oportunidad para esos colectivos de reivindicarse.
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