POLÍTICA
Bilbao. Por J. M. Alonso
'Me gustaría ir al Congreso a defender losintereses de toda la ciudadanía porque la igualdad real no existe', dice. Recuerda que hay 'numerosas barreras' que impiden que las personas con discapacidad puedan desarrollarse
Henar Pascual (Bilbao, 1969) |
Henar Pascual (Bilbao, 1969) llega a la entrevista, en su oficina de trabajo, con una bandeja de pastas y dos botellines de agua para el periodista y el redactor gráfico. Y se apresura a restar importancia a esta cortesía.
Este gesto dice mucho de ella, tanto como su carta de presentación en twitter. «Persona sorda. Informática y Pedagoga. Experta en accesibilidad universal». Y ahora hay que añadir el título de política con vocación de derribar las múltiples barreras que existen en la sociedad y que constata en primera persona.
Pascual encabeza la candidatura de Ciudadanos (C's) al Congreso por Bizkaia de cara a las generales del 20 de diciembre.
Esta consultora en accesibilidad para personas sordas es una novata en política pero lanza la advertencia de que no le es un mundo ajeno: «Aviso que estoy interesada en política, no como una experta sino como una espectadora, desde los 15 años», aclara.
El salto a la primera línea política ha requerido de un pequeño empujón. «No fue iniciativa mía, fueron otros compañeros los que me animaron», admite.
En un lado de la balanza estaban las posibles repercusiones en su futuro profesional. En el otro su vocación para lograr un «futuro mejor» para su hija y las generaciones futuras.
«He sido siempre muy inquieta», argumenta para justificar el sí quiero. Si habría que buscar un por qué a este paso, Pascual defiende que ha desarrollado «muchas actividades» en su vida desde el ámbito de los servicios sociales con «el objetivo siempre de abrir puertas» pero ha entendido que esto «no era suficiente». «Hay que empujar desde la política para que se impulsen reformas legislativas», sostiene.
Pascual leyó los idearios de los diferentes partidos y no dudó en decantarse por Ciudadanos por su «coherencia». Por encima de todo, aprecia que los partidos «no cambien el mensaje en función de los intereses de cada momento». Y este valor lo ha encontrado en la formación de Albert Rivera, de quien alaba que se centre en las necesidades de «las personas individuales».
«Estoy un poco harta de los dogmatismos, de las fronteras artificiales que se ponen unos a otros. Cada persona que nazca o venga a vivir aquí tiene derecho a desarrollar todo su potencial en un ambiente de libertad e igualdad», expone.
Ciudadanos ha triplicado su peso en Cataluña el 27-S, pero apenas rascó unos votos en las municipales del 25-M en Euskadi, donde su presencia institucional es ínfima. «Aún estamos empezando», se excusa. Y alude a los difíciles inicios de Ciudadanos. «En sus comienzos tampoco parecía que iba a cuajar en Cataluña, pero la perseverancia, la constancia y la coherencia han dado lugar al actual éxito», explica.
La clave, a su juicio, ha radicado en que C's «no ha buscado el efecto inmediato sino el intentar convencer a la gente de que es necesario un cambio sensato y tranquilo». Y este mismo proceso en Cataluña se busca aplicar en Euskadi. «Ahora lo que queremos es preparar el terreno. No buscamos el voto inmediato: queremos que se abra el camino hacia una nueva perspectiva, una nueva forma de participación ciudadana», sostiene.
De este modo, las expectativas de cara a las generales son muy conservadoras: se conforma con elevar el listón respecto a las pasadas elecciones. La mirada está puesta en 2016, en los comicios vascos. «Los primeros frutos se van a ver en las autonómicas», asegura sin dudar.
En todo caso, a corto plazo, Pascual se ve con opciones de estar en la Cámara Baja. Y tiene muy claro su objetivo. «Me gustaría ir al Congreso a defender los intereses de toda la ciudadanía porque la igualdad real no existe: hay ciudadanos de Primera y Segunda. Existen numerosas barreras físicas, sensoriales y cognitivas que impiden que las personas con discapacidad puedan desarrollar toda su capacidad», argumenta.
Pascual cuenta con un precedente. Pilar Lima, de Podemos, ha roto barreras al convertirse en la primera senadora sorda en intervenir con la lengua de signos en la Cámara Alta. «Es una manera de normalizar la participación de todas las personas en los diferentes órganos políticos y administrativos», celebra quien aspira a hacer historia en el Congreso.
La candidata de Ciudadanos ha ido rompiendo barreras en su vida. Y se emociona al recordar estos momentos. Así, brotan las lágrimas al rememorar cuando dejó su plaza de funcionaria para sumarse a la federación para la inserción laboral y social de las personas sordas. «Me sentía obligada a hacer algo», relata Pascual, quien ya derribó muros a los 21 años al participar en varios programas de Cifras y Letras.
Su más reciente sueño cumplido ha sido empezar como profesora universitaria. Y a largo plazo se pone un reto una vez deje su huella en el Congreso. «Me gustaría presentarme a las europeas porque en el Parlamento hay dos personas sordas que han impulsado muchas mejoras para personas con discapacidad», indica.
En Euskadi, más que falta de nuevas caras y voces, Pascual estima que hay carencia de ideas. «Hace falta una regeneración de ideas si queremos progresar como ciudadanos y como país», asegura. Eso sí, valora que, a diferencia de los independentistas catalanes, los parlamentarios vascos son «más pragmáticos» y «reconocen que hay una realidad social muy diversa que necesita de consensos de todos los grupos políticos». A este respecto, Pascual «apuesta por un nacionalismo en el buen sentido, no hacia el separatismo, sino como amor hacia unos valores culturales e históricos de la tierra».
- Se le ve muy segura en su faceta política.
- ¿Sí?- Sin duda.- Yo creo que he vivido mucho porque desgraciadamente he visto mucha miseria.
Y Pascual vuelve a emocionarse.
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