sábado, 18 de septiembre de 2010

Adam Kosa: el eurodiputado que ejerce una política sin barreras

El eurodiputado emplea desde niño el lenguaje de los signos húngaros
"Europa sólo estará completa cuando incluya personas con discapacidades"
En la Eurocámara sigue los debates a través de intérpretes

El eurodiputado Adam Kosa ha llegado desde Hungría hasta el Parlamento Europeo con unas habilidades que trascienden las palabras.

Nacido y criado en una familia de sordos, Kosa se expresa en su lengua materna, la de los signos, con fluidez. Emplea desde niño el lenguaje de los signos húngaros, y ahora también lo hace en el hemiciclo, donde ocupa su escaño desde julio del año pasado. A este eurodiputado no le hacen falta largas diatribas en una de las 23 lenguas oficiales para ejercer su cargo público. Él presume de brevedad y de comunicarse en la lengua oficial número 24. Ésas son sus herramientas en defensa de una Europa sin barreras.

El húngaro llevaba más de una década luchando por los derechos de los sordos en su país cuando un partido político le echó el ojo. "Imagino que vieron mi potencial cuando yo ejercía el cargo de presidente de la Asociación Húngara de Sordos", relata Kosa con las manos mientras que Mindy, su intérprete de signos internacionales, lee sus gestos y los verbaliza en inglés para ELMUNDO.es.

Para este eurodiputado, la vocación política está inevitablemente asociada a la defensa de las personas que, como él, han tenido alguna dificultad para desarrollar plenamente su autonomía. Habla siempre de su partido político con buenas maneras, pero sin siglas porque, para este diputado húngaro del Partido Popular Europeo, "la discapacidad trasciende las familias políticas".

Kosa estudió Derecho con la determinación de defender legalmente lo que creía moralmente y ha dedicado toda su vida profesional hasta ahora: la defensa de los intereses de los suyos. Con sus 35 años, el húngaro relata la grata sorpresa que se llevó cuando vio que, como miembro del Parlamento Europeo, se le abrían muchas más puertas. "Desde aquí" -celebra desde su despacho en Bruselas- "puedo hacer muchas más cosas que antes".

Pero no todo fue fácil en la llegada de Adam Kosa a la Eurocámara. Lo primero que hizo fue reunirse con los directores de todas las áreas para explicarle sus necesidades para ejercer su cargo. Amante de un lenguaje en el que no existe el "no", el eurodiputado no se amilanó al llegar al burocrático territorio del "rellene este formulario y mande su solicitud". Desde entonces, ha conquistado diversas batallas a favor de todos los capacitados de Europa; empezó con las necesidades de su entorno más inmediato, llevando a cabo una cruzada personal para lograr que se colgaran signos para ciegos en los ascensores del edificio Paul-Henri Spaak del Parlamento Europeo. Tiene claro que librará su batalla esta legislatura en el campo de los derechos de los discapacitados. Para él, "Europa sólo estará completa cuando incluya personas con discapacidades".

Su trabajo parlamentario, en signos

La estampa de todos los diputados pertrechados de sus auriculares a la hora del voto en el hemiciclo ha cambiado con la llegada de Adam Kosa en esta legislatura. Los que llevan auriculares son sus intérpretes, que, de espaldas a la presidencia de la cámara, le interpretan en el lenguaje de signos húngaros. Mientras un diputado lituano se expresa en su idioma, un intérprete desde la cabina de Hungría traduce sus palabras al húngaro. Ésa es la locución que escuchan los dos intérpretes de Kosa y que simultáneamente interpretan para el diputado con las manos. Adam Kosa recuerda su primera intervención en el hemiciclo de Estrasburgo como "emocionante". Cuando él interviene, el micrófono mira hacia sus intérpretes, que, esta vez, ponen palabras húngaras a los gestos codificados de Kosa.


Cuando necesita expresarse en inglés, llama a Mindy, la australiana que le interpreta al inglés y al lenguaje internacional de signos. Adam Kosa explica que, si tu lengua materna es la de signos de algún país, es "relativamente fácil" entender la internacional, aunque la palabra Gobierno, por ejemplo, en signos húngaros sea el gesto de quitarse el sombrero y en internacional sea señalar la boca.

"Quiero que todos sepan que soy sordo"

"En el Parlamento Europeo hay otras personas con discapacidad, pero han decidido no tomar esa bandera", explica el presidente del Intergrupo sobre Discapacidad y el miembro de las comisiones de Empleo y de Libertades. Kosa, en cambio, lleva con alegría y con notables dotes de relaciones públicas la doble dimensión de su trabajo. "Yo quiero que todos sepan que soy sordo", afirma orgulloso de donde está. "Pero, a la vez, quiero trabajar para todos los húngaros".

Se nota que pisa terreno conocido al hablar de las nuevas herramientas de comunicación de las que la política se vale hoy en día. No poder utilizar el teléfono es un mal menor en la era de los sms, mensajes por Skype o correo electrónico. "Si la gente acepta mis exigencias de comunicación, no hay barreras para representar a los ciudadanos".

Kosa se toca la barbilla con la mano derecha, signo con el que da las gracias, pero añade con toda nitidez un "muchas gracias" en castellano para despedirse.
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