Postre de notas / El hombre más antipático del mundo

Por Daniel Zamper Pizano

Una encuesta entre gente bien informada me permitió establecer los personajes más antipáticos del mundo y de Colombia. Los resultados no reflejan necesariamente mi opinión, sino la de gente bien informada, y son como sigue.

Los más antipáticos de Colombia: Germán Vargas Lleras (ministro del Interior y de Justicia), Armando Benedetti (congresista), Juan Pablo Montoya (corredor de carros), Salud Hernández (periodista), Fernando Londoño (exministro), Íngrid Betancur, Andrés Hoyos (editor).

Los más antipáticos del mundo: Felipe de Edimburgo (consorte de la reina de Inglaterra), José Mourinho (director técnico del Real Madrid), Vladimir Putin (expresidente ruso), José María Aznar (expresidente español), Margaret Thatcher (exprimera ministra inglesa).

Quizás cabría algún artista como Sean Penn y Catherine Deneuve y algún deportista como John McEnroe, pero, en general, es una buena nómina de vomitivos. Mi única objeción era el príncipe Felipe, que me parecía un tipo discreto y elegante. Pero su nonagésimo aniversario me permitió ahondar en el personaje, y descubrí por qué la gente bien informada lo considera cabeza de lista.

Para empezar, tiene un genio de los mil demonios. No digo yo que pertenecer a la jartísima familia real inglesa sea un pasaporte a la alegría, pero al menos debería agradecerle a la vida que no paga arriendo, viaja en primera clase y duerme en habitación diferente a la de la reina.

Como buen cascarrabias, es bastante repelente. Pero lo que lo consagra como antipático profesional es su humor detestable, inoportuno, a menudo racista y desdeñoso. The Independent publicó hace poco 90 de sus más famosas salidas de tono. He aquí unas pocas.

¿A unos niños sordos, mientras tocaba cerca un conjunto caribe: "No me extraña que sean sordos".

¿A una estudiante inglesa en China: "Si se queda más tiempo, se le van a volver oblicuos los ojos".

¿A un estudiante británico en Papúa Nueva Guinea: "¿Cómo logró que no se lo comieran?"

¿A una periodista que preguntó a Isabel II si había disfrutado su visita a París: "¡Qué pregunta más imbécil!"

¿Sobre el cantante Tom Jones y sus "horribles canciones": "¿Con qué hace gárgaras? ¿Con piedritas?"

¿A una señora de Kenia que le entregó un regalo ataviada con ropa de su país: "Usted es una mujer, ¿verdad?"

¿A una ciega que se ayuda de un perro lazarillo: "¿Sabe que ahora hay perros para las anoréxicas, que comen por ellas?"

¿A un mesero italiano que le ofrece vino fino en una cena oficial en Roma: "¡Consígame una cerveza, la que sea, pero una cerveza!"

¿ "El problema de Londres son los turistas, que lo congestionan todo. Si pudiéramos frenar el turismo, se frenaría la congestión".

¿A los habitantes de las islas Salomón, al enterarse de que su población crece al 5 por ciento anual: "¡Pero ustedes están locos!"

¿ Al director de un museo de islas Caimán, en visita oficial: "¿Ustedes no son descendientes de piratas? (Otra versión: de caníbales)".

¿Al empleado de un parqueadero de la U. de Cambridge que no lo reconoció: "¡Imbécil, idiota!"

¿A un niño de 14 años miembro de un club juvenil de Bangladesh: "¿Quiénes meten droga aquí? Me parece que aquel está drogado..."

¿ A Barack Obama, cuando este le dijo que había desayunado con los líderes de Gran Bretaña. China y Rusia: "¿Es usted capaz de distinguirlos?"

¿ Al presidente de Nigeria, que lo recibe ataviado con su traje africano: "¿Es que se va usted a la cama?"

¿Al periodista que le pregunta por su papel como papá de cuatro hijos: "Era un papá, simplemente. ¿Acaso usted no tiene hijos?"

¿ A un líder aborigen australiano: "¿Y ustedes todavía se arrojan lanzazos?"

¿A las alumnas de un colegio cuyo uniforme es rojo: "Parecen hijas de Drácula".

¿Sobre su hija Ana, aficionada a la hípica: "A ella solo le interesa lo que se tire pedos y coma heno".

Así es Felipe de Edimburgo -impertinente, cortante, impaciente, grosero-, el hombre más antipático del mundo.