Por Raúl E. Tamayo Gaviria
En el colegio de un apartado pueblo, el director organizó una extraña competencia.
Quiso saber cuál de sus alumnos llegaría primero al pueblo vecino sin utilizar la carretera. Con gran entusiasmo soltó la competencia, a la cuenta de tres. Los alumnos, en compañía de sus maestros, salieron en carrera atravesando praderas y bosques, ríos y quebradas.
En una cañada se encontraron los primeros una cuadrilla de trabajadores de la empresa de energía local que estaban arreglando un daño, pues la caída de un árbol había reventado el cable de conducción de alto voltaje.
Los trabajadores de la empresa gritaban a los que iban pasando que dieran una vuelta para esquivar el cable caído.
Los estudiantes fueron llegando al pueblo vecino donde los esperaba el director del colegio y todo era emoción, hasta que llegó un grupo con la cabeza baja y acompañados de los electricistas:
- "Señor director, se electrocutó el sordo".
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