El implante coclear es un traductor que transforma las señales acústicas en señales eléctricas. No todas las personas sordas pueden someterse a esta operación. El doctor Benito Orejas, detalla que «está indicado en pacientes con hipoacusia neurosensorial severa-profunda bilateral, con nulo o muy escaso beneficio con las prótesis auditivas convencionales bien adaptadas». Además de estos factores, la edad de aparición de la hipoacusia, su duración, la utilización de prótesis auditiva, la presencia de restos auditivos, la edad del paciente y otros condicionantes locales o generales podrían contraindicar su adaptación.
Según este especialista, que forma parte del equipo del doctor Darío Morais Pérez, jefe del Servicio de ORL del Clínico de Valladolid, los pacientes implantados deben realizar un programa de rehabilitación logopédica que consta de cinco fases: detección, discriminación, identificación, reconocimiento y comprensión. «Este programa se adaptará a la persona implantada, pues no es igual la habilitación de un niño nacido con sordera profunda bilateral que la de un adulto que ya ha adquirido las funciones del lenguaje» subraya el doctor Benito Orejas. «La habilidad de la comprensión de la palabra con el implante coclear requiere que las vías y centros auditivos codifiquen, procesen y organicen el modelo de la estimulación eléctrica en la percepción auditiva».
El implante coclear es un procedimiento definitivo, para toda la vida, que solo requiere ser intercambiado si falla su funcionamiento. Pero no es para todos.
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