La sordera es una problema muy limitante para la persona que la padece por lo que nunca está de más intentar su curación o mejora con remedios naturales A nivel estatal se estima que existen 11.599 personas que tienen discapacidad auditiva, según el último Censo de Población 2010.
En este documento anual que proporciona el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) se especifica que esta cifra representa el 9.50% de las 122.253 personas que padecen discapacidad.
Incluso en este documento se precisa que dentro de este grupo se incluyó a quienes aun con aparato auditivo tenían dificultad para escuchar.
La audiologa y otoneurologa, Patricia Eugenia Loya López, indicó que existen diferentes grados de hipoacusia o baja audición, entre ellos esta la hipoacusia superficial donde el individuo casi escucha normal y casi no necesita ayuda.
Definió que otro de los tipos son la hipoacusia moderada donde se le tiene que hablar un poquito más fuerte para que pueda escuchar y la severa en donde se tienen que pronunciar las palabras de manera muy fuerte para que pueda entender el paciente.
“La hipoacusia profunda en la que aún gritando golpeando y haciendo todo el ruido que tu quieras no te escucha”, especificó.
También existe un tipo de hipoacusia que es la anacusia en donde el paciente no escucha absolutamente nada, que a diferencia de la profunda hay restos auditivos con los que se puedan apoyar para sacarles algo de provecho.
Loya López consideró que definitivamente deben de existir antecedentes hereditarios para que nazcan niños con problemas de audición o durante su gestación enfermedades maternas que puedan provocar la perdida auditiva.
Mencionó que también la pérdida auditiva puede darse si durante la etapa de formación del oído se da cierto medicamento que le provoquen un trastorno y un problema desde el nacimiento.
“Muchas veces nacen en condiciones especiales o factores predisponentes como la hipoxia neonatal y se les salva la vida con medicamento psicotoxicos o con el ventilador automático, pero se tienen secuelas importantes a nivel auditivo”, declaró.
En ocasiones, aseguró, por protocolo el médico pediatra, el neonatologo o ginecólogo que recibe al niño o médico general al conocer esos factores de riesgo antes de que existan manifestaciones clínicas envía a la mamá para que le hagan los estudios audiologicos como son los potenciales evocados auditivos de tallo cerebral.
Estimó que el costo de estos estudios es de 2 mil 400 pesos, pero esto se debe a que corresponden al tercer nivel de atención medica y solamente en lugares especializados los realizan.
“Es idóneo que desde el nacimiento lo realicen para que no se pierda todos los estímulos sonoros que existen en el medio ambiente y toda la memoria auditiva que desde el vientre se debió de haber hecho para que el desarrollo del niño sea tan normal con relación a los normo oyentes”, consideró.
Dijo que cuando existen perdidas auditivas superficiales a severas escuchan las voces, pero en el caso de las profundas solamente los ruidos fuertes como los portazos y de motores, por lo que por su seguridad deben recibir una educación especial para enseñarles como comunicarse y que sepan que vive en un mundo de parlantes.
Pueden estudiar: IPAO
A pesar de que desde 1958 el Instituto Pedagógico Auditivo y Oral (IPAO) trabaja con niños desde el año y medio hasta los 15 años con rehabilitación auditiva y educación hace falta continuidad después de la primaria, afirmó la representante legal de IPAO.
Ángela María Rosas Gutiérrez indicó que fuera de este instituto solamente existen los Centros de Atención Múltiple donde se atiende a uno que otro niño sordo que se le puede integrar a una escuela regular, sin embargo no existe continuidad para quienes tienen que continuar sus estudios en educación especial.
Rosas Gutiérrez consideró que hace falta que exista secundaria especial porque los niños sordos cuando reciben educación especial salen adelante y pueden incluso terminar una carrera profesional. “Aquí el problema con estos niños es la comprensión, no hablan porque no escuchan nada mas, pero hay muchos que traen aparatos y empiezas a anotar que ahí van, ahí van”, afirmó.
La representante legal reconoció que hay quienes no pueden seguir adelante en una escuela regular porque no hay apoyo de Usaer y el maestro tiene que trabajar solo con el alumno, pero a medio año se dan cuenta los papás y les empiezan a buscar una escuela técnica.
Apuntó que por ese motivo IPAO esta haciendo el esfuerzo de brindar educación prelaboral para quienes egresan a fin de prepararlos para que se adapten más rápidamente en a la secundaria o se inserten en la vida laboral.
“Yo por ejemplo tengo el taller de cómputo con los que van a salir de sexto de primaria y entrar a secundaria para que aprendan a capturar y a copiar”, ejemplificó.
Dijo que en total egresan ocho por año, pero pocos se pueden integrar a la vida laborar porque son pocas empresas como Sabritas quienes los apoyan otorgándoles trabajo.
Ofrece secundaria abierta
La presidente de la Asome, María Guadalupe Luna Castañeda, dijo que hay muchas familias que tienen hijos sordos y no saben a dónde llevarlos; y es necesario que sepan que hay un lugar para ellos donde los pueden apoyar.
Mencionó que en el Valle hay mucha gente grande que no sabe leer ni escribir, a quienes se les puede apoyar a través de la Asociación de Sordos de Mexicali (Asome) con primaria y secundaria por medio del sistema INEA.
“Nos ayudan jóvenes de la Normal Nocturna y gente que quiere apoyar, pero que primero se les capacita en el lenguaje manual porque la asociación no cobra sino que trabaja con voluntarios”, expuso.
Incluso se otorga orientación a padres de familia y cursos de lenguaje manual para el público general que trabaja con personas sordas.
Luna Castañeda indicó que este año se está preparando a la cuarta generación de jóvenes egresados quienes buscan continuar sus estudios de secundaria y preparatoria porque de lo contrario no les es posible conseguir trabajo.
Señaló que las personas sordas tienen muy baja comprensión y requieren que quienes los asistan dominen el lenguaje manual para que mejoren en ese aspecto, sin embargo en ocasiones aún así no lo logran porque depende del nivel de audición o sufren de otra discapacidad.
La maestra de la Normal Nocturna y de IPAO consideró que el joven se tiene que integrar a su ciudad y si no tiene su certificado de secundaria no los admiten en las fábricas como Sabritas, con quien se tiene convenio de colaboración.
Calculó que de las 65 personas que integran la asociación la mayoría estudia y trabaja en esta empresa porque los acepta aún sin terminar la secundaria, pero con la condición que estudien ese nivel educativo.
“Ya tenemos como unos 23 o 24 muchachos trabajando en Sabritas donde realizan trabajo visual y de separación de producto que está mal”, declaró.
Reconoció que todavía existe mucha discriminación en el sector productivo por el problema de sordera porque les cierran las puertas pese a que no saben qué habilidades tienen las personas sordas.
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