Robert Weinstock, asistente especial del rector de la Universidad Gallaudet, ha publicado un artículo en el diario The Washington en el que pide que las personas sordas de EE.UU tengan el mismo derecho que el resto de la ciudadanía a incorporarse al ejército.
Y es que al propio Weinstock le dijeron hace cuarenta años, cuando preguntó si podía incorporarse al ejército que eso estaba vetado a las personas sordas. Robert se enfadó. El profesor universitario sordo estaba convencido que no hay nada que que deba estar vetado a las personas sordas.
El problema ha vuelto 40 años después. La causa es un joven llamado Keith R. Nolan. Keith es sordo. Su padre, Kevin J. Nolan padre, es un educador que toda la vida ha desarrollado su profesión en Northampton (Massachusetts). Y también es sordo.
Los hermanos de Keith, también sordos, son profesionales de éxito. Keith tiene una maestría y ha trabajado como profesor de secundaria en el sur de California. Pero más que nada, lo que Keith desea es seguir los pasos de algunos de sus antepasados que fueron militares. A los 28 años, se matriculó en el Programa de formación en la Universidad de California en Northridge para formar oficiales para el Ejército.
En todas las materias fue un cadete modelo. El programa ROTC está abierto a todos los estudiantes, pero se requiere completar un examen médico, y ahí es donde las aspiraciones de Keith están bloqueadas.
El Ejército le rechazó por ser sordo. Un congresista ha intercedido a favor de Keith, y su oficina está estudiando las implicaciones políticas.
Para reforzar su caso, Keith ha encontrado evidencia de que varias personas sordas han servido en el ejército de EE.UU en varios conflictos. Ha estudiado la situación en otros países, especialmente Israel, que tiene soldados sordos en línea de combate. Además, él alega que sólo el 20 por ciento de los miembros del servicio de EE.UU. están en puestos de combate, dice, y el resto sirven de apoyo.
Keith quiere trabajar en inteligencia militar. Soldados y otras personas con discapacidad están ingresando en el ejército.
Keith halló a 41 soldados con prótesis auditivas que volvieron a la línea de batalla. Se enteró, también, de un capitán cegado en Irak y que ahora está al mando de la Unidad en Keller, en West Point en el Centro Médico del Ejército como el primer oficial ciego del Ejército en el servicio activo.
Ser sordo no ha impedido a Keith Nolan llevar una vida plena. No le ha impedido ser el mejor alumno en el centro de formación para oficiales. ¿Cuál es el problema? ¿Por qué no puede Keith Nolan incorporarse al ejército?
Por lo mismo tal vez que la Academia Naval, no admitió mujeres hasta 1976. Y por lo mismo que se ha vetado a muchos miembros de las comunidades gays y lesbianas de mostrar su identidad sexual en el ejército.
Ahora es necesario acabar con la discriminación hacia las personas con discapacidades. Hay un gran número de personas que están siendo sistemáticamente excluidos por una política obsoleta e irrelevante. Es hora de dejar que las personas con discapacidad se incorporen al ejército.
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