- Alegría a raudales, sonido por todas partes, niños sordos por aquí y por allá y un cantante de ópera con un traje naranja chillón son algunos de los elementos de los que se compone esta ópera poco convencional.
En la escuela de niños sordos de Møllevang en Aarhus, Dinamarca, en un día escolar normal lo ponen todo patas arriba. Han sustituido los pupitres por coloridos decorados teatrales, grandes escenarios y ruidosas canciones de ópera, el silencio no existe cuando los niños sordos actúan en una ópera. El proyecto llamado “Escúchame” es el resultado de la colaboración entre esta escuela y distintos artistas, entre los que se encuentran un escritor, un compositor y un cantante de ópera.
“Queremos romper con los esquemas tradicionales”, dice Mette Lauritsen, una de las profesoras involucradas en el proyecto. “Poder conocer a artistas profesionales de distintos ámbitos sirve para que los niños aumenten su autoestima. No se trata solo de la capacidad de escuchar, sino que además desarrollan la habilidad de crear y el arte comunicativo”, comenta con una sonrisa.
¿Cómo pueden cantar ópera los niños sordos?
La ópera se basa en el humor y, si combinamos muchas pequeñas cosas, podemos encontrar la clave de cómo los niños sordos son capaces de cantar ópera. “Parece una paradoja conseguir que un niño sordo represente una ópera. Es como si una persona ciega graba una película, pero con todo nuestro entusiasmo, es precisamente esta clase de estigmas los que queremos romper”, añade Mette Lauritsen.
No se trata de una ópera clásica, donde la mayoría de los sonidos se producen cantando. Cuando un niño sordo canta, suenan campanas, rítmicos coros, pisoteos, hay movimiento, trompetas y juego, y de esta manera se crea un sonido sinfónico, que hace que en toda la instancia resuene y vibre.
Los niños son los protagonistas
Los niños han formado parte del proyecto desde el principio. Han participado en la composición de los textos, la coreografía y los decorados. Aunque realmente las canciones las canta un profesional de la ópera, los niños tienen un papel principal en la función.
“Lo mejor de estar en el escenario es poder decir ‘sssh’ a un cantante de ópera de verdad”, ríe Maja Elrun. Es una de los 30 niños que participan en el proyecto. En mitad de la actuación, tiene que hacer callar al cantante de ópera para poder leer en alto su texto y que la puedan escuchar.
El proyecto aumenta la autoestima
“Este proyecto ha aportado mucho a los niños. Han trabajado codo con codo con otras clases y se han forjado fuertes lazos de compañerismo. Han desarrollado mucho su motricidad, y han mejorado su sentido del ritmo y del control corporal. Pero lo más importante, han superado sus límites atreviéndose a estar encima de un escenario y probar que los niños sordos pueden actuar en una ópera”, explica Mette Lauritsen.
Muchos de los niños que participan en este proyecto tienen implantes cocleares. Para obtener los mejores resultados de este tipo de implantes es necesario seguir un entrenamiento. Gracias a la ópera, los niños consiguieron sentirse a gusto con muchos sonidos nuevos.
El proyecto concluyó con un ensayo general para los estudiantes de la escuela, además de un espectáculo de tarde para padres y demás personas interesadas en el que se vendieron todas las entradas.
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