Las personas que nacieron sordas o perdieron la capacidad auditiva a muy corta edad tienen una mejor visión debido a que sus retinas se desarrollan de un modo especial.
La investigación en la que se ha descubierto esto, sugiere que en los adultos cuya sordera es de nacimiento o apareció a una edad muy temprana, la retina se desarrolla de manera diferente a como lo hace la de los adultos con capacidad auditiva. Ese distinto desarrollo sirve para poder capturar una mayor información visual periférica.
Un equipo dirigido por la Dra. Charlotte Codina y el Dr. David Buckley de la Universidad de Sheffield, Reino Unido, ha mostrado que, en las personas sordas, las neuronas de la retina parecen estar distribuidas de modo diferente. Todo apunta a que esa distribución las permite capturar una mayor información visual periférica. Esto significa que en estas personas las neuronas de la retina dan prioridad al campo visual periférico temporal, que es lo que puede ver una persona en su visión periférica más apartada, es decir en dirección a sus oídos.
Las investigaciones anteriores habían mostrado que las personas sordas pueden ver cosas más apartadas en la periferia visual que los adultos con capacidad auditiva, aunque se pensaba que el cambio se debía exclusivamente a la corteza visual, que es el área del cerebro que se dedica a procesar la información visual.
Esta investigación muestra por primera vez que en la retina surgen cambios adicionales del procesamiento visual, y que tales cambios se producen mucho antes que los de la corteza visual.
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