El Ayuntamiento de Santander celebró una jornada intergeneracional en los huertos sociales sostenibles de la Finca Altamira, que reunió a los niños que participan en el programa de ocio vacacional 'El Veranuco', los hortelanos y algunos miembros de la Asociación de Sordos de Santander y Cantabria.
Los niños disfrutaron del encuentro con los hortelanos y escucharon junto a ellos la explicaciones del monitor sobre la importancia del trabajo en equipo y en la tierra.
Los beneficios que aportan los huertos sociales a sus adjudicatarios y a todos los grupos que los visitan y disfrutan son múltiples, según apuntó ayer la concejala de Dinamización Social, Carmen Ruiz, quien habló de beneficios en la economía familiar; en la salud, por fomentar hábitos saludables de ejercicio físico y de alimentación sana, y sociales, porque impulsan las relaciones familiares y vecinales.
Ruiz también hizo hincapié en que esta iniciativa municipal aumenta la autoestima en los mayores y da a conocer la cultura tradicional a los más pequeños, por lo que mostró su satisfacción con un proyecto que ha cumplido con creces las expectativas del Ayuntamiento desde su inicios.
Junto con los hortelanos, los niños sembraron la tierra y ayudaron en la recogida de distintas hortalizas y plantas aromáticas y medicinales en una actividad que, según Ruiz, es «una herramienta perfecta para el intercambio de conocimientos y las relaciones intergeneracionales».
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