lunes, 18 de julio de 2011

Una oportunidad de aprender

Por Nancy Balza
Fotos: Luis Cetraro

En pleno barrio 7 Jefes se erige la escuela 2.012 para Niños Sordos, que en pocos días cumplirá 60 años en la educación de chicos y chicas de 0 a 18 años. Desde hace décadas impulsa, en aquellos casos que lo permitan, la integración.

Ni bien regresen de sus vacaciones de julio, a los chicos, las chicas y a toda la comunidad educativa de la Escuela General San Martín para Niños Sordos les espera un merecido festejo: el 19 de julio, el establecimiento ubicado en Laprida 5035 de nuestra ciudad, cumplirá 60 años. Y la celebración será pocos días después, el viernes 22.
La ocasión es una buena excusa para repasar la extensa trayectoria de esta escuela que tiene actualmente 65 alumnos, desde bebés hasta de 18 años, comprendidos en todos los niveles de escolaridad: inicial con atención temprana, materno, jardín y pre-escolar, y primaria.
Además, propicia la integración, con apoyo a los chicos que van a escuelas comunes o a otras escuelas especiales; y también en conjunto con los centros de día que dependen de Salud. Así lo cuentan la directora Mónica Escribano, la vicedirectora, Marisa Bonatti, y la docente María Eugenia Gaitán.
Quizás pase inadvertida para quien transita con apuro por calle Laprida, aunque es probable que la frondosa arboleda que conduce a la entrada llame la atención de más de un caminante. En sus aulas y salas especiales, el establecimiento trabaja con la currícula de la escuela común, “salvo que los niños tengan patologías severas asociadas y no puedan adquirir esos contenidos. Lo que cambia es la forma de trabajo y los tiempos, que son otros. Pero es la currícula de la escuela común adaptada con una metodología especial y recursos propios”.
¿Cuál es esa metodología? “Como la mayoría de las escuelas para sordos, nuestra institución pasó por distintas etapas: desde el oralismo puro pasando por instancias de transición hasta llegar al momento actual en que se incorpora el bilingüismo: lengua de señas y lengua oral”, explica Bonatti.
Sin embargo, aclara que en todos los casos se analiza y se tienen en cuenta las necesidades de cada alumno. A tal punto que “ahora se está planteando la situación de los niños implantados (implante coclear) que llegan con otras expectativas desde la familia”. En ese punto, Gaitán aclara que “en sordos, el método oral y las señas conjuntamente ayudan a la comprensión del significado de las palabras”.
Bonatti, por su parte, precisa que “lo que se fue descartando desde hace varios años es el término de ‘sordomudo’, porque quizás un chico no habla porque tiene alguna patología orgánica que le impide expresarse de esa manera o un problema neurológico, pero no por ser sordo. Lo que sucede -aporta- es que muchos lo logran y otros no. En algunos casos, cuando llegan a la adolescencia, optan por la lengua de señas. Depende del entorno y las relaciones, y de cómo se vaya trabajando el tema dentro de la familia”.
DESDE EL PRIMER MOMENTO
Además de la sede en nuestra ciudad, la escuela tiene alumnos en localidades del interior como Progreso, Laguna Paiva, Elisa, María Luisa y Providencia. Antes se denominaban grados radiales y luego, por un decreto del Ministerio de Educación, dejaron de llamarse así pero siguen estando al servicio de la escuela en establecimientos primarios, para “acortar” las distancias de los alumnos.
“Es que escuelas de sordos hay muy pocas y las distancias son grandes: no existen más internados, así que se trata de brindar esta oferta educativa con cargos pertenecientes a nuestra planta escolar”, aclara.
Bonatti explica que, como en toda escuela, el objetivo principal es que el niño logre alfabetizarse e incorporar los contenidos de la currícula, y se insiste mucho en el trabajo con la familia, pero el objetivo primordial es ése.
El establecimiento cuenta con gabinete psicopedagógico, integrado por dos fonoaudiólogas, una psicóloga y una psicopedagoga. Además, la planta escolar cuenta con docentes (profesoras de sordos), auxiliares docentes y un equipo directivo. “Pero siempre se insiste en que los chicos vengan desde muy temprana edad para que puedan lograr ese objetivo”, acota.
INTEGRACIÓN
En realidad -aporta Gaitán- la integración se realiza en lo pedagógico. Claro que, para el establecimiento, la palabra integración no es novedad: “Se viene haciendo desde hace 25 años”, apunta Escribano e informa que “la de sordos fue una de las primeras modalidades en la que se planteaba este concepto. O sea que para nosotros hay un camino recorrido bastante largo”.
Sin embargo, la docente aclara que para avanzar en esa línea, “lo más difícil no resulta lo social -los chicos se adaptan- pero sí en lo pedagógico pueden existir algunos inconvenientes; por ello se realizan adaptaciones curriculares”.
Además, algunos niños no están en las escuelas comunes “ni van a estar aunque tengan las condiciones para hacerlo: en ocasiones, ocurre que las familias no quieren o les significa un enorme esfuerzo sostener dos escolaridades, o el mismo niño prefiere no hacerlo, tal vez porque en algún momento lo intentó y fracasó”.
ACTUAR ANTE LA DUDA
Bonatti y Escribano coinciden en la importancia fundamental de la educación temprana en niños y niñas que sufren hipoacusia. Por eso invitan a “todo aquel que sospeche una situación de estas características a que se acerque a la escuela para hacer una consulta”.
“Aunque ese niño no sea para esta escuela, ante la duda es importante que los padres o los maestros de nivel inicial de las escuelas comunes consulten. No se trata de sacar al niño de la escuela común, y menos en el nivel inicial, sino de trabajar en conjunto. Para cada chico hay una propuesta”.
Así, aconsejan prestar atención en casos de niños que se aislan o no hablen ni imiten sonidos o en aquellos que, por el contrario, son muy inquietos y no atienden. “En una escuela -especifica la directora-, el indicador es el trastorno del lenguaje: cuando el niño no habla o se expresa de manera incorrecta. Es bueno que se acerquen a la escuela y, si no corresponde que asista acá, se hace la derivación. Pero que no se pierda el tiempo porque luego no se recupera”.
SERVICIOS
La Escuela Especial Nº 2.012 para Niños Sordos e Hipoacúsicos General San Martín ofrece los servicios de nivel inicial especial organizado de la siguiente manera: atención temprana, materno, jardín y preescolar, y primaria especial -primero, segundo y tercer ciclo- además de integración en cada tramo de la escolaridad incluyendo el nivel medio. La institución brinda todas las áreas especiales: educación física, plástica, música, tecnología, huerta, informática, taller de Lengua de Señas Argentinas con extensión a la comunidad, comedor y copa de leche.
TALLER
Los sábados, en dos turnos: de 10 a 12 y de 14 a 16, se dicta en la escuela el Taller de Lengua de Señas Argentinas, abierto a toda la comunidad. Está a cargo de jóvenes sordos, acompañados por docentes especiales. Es gratuito para los familiares de los alumnos y al resto de la comunidad se le cobra un bono contribución de valor muy accesible.

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