domingo, 6 de marzo de 2016

Mujeres con discapacidad: superación sin límites para lograr la igualdad

SOCIEDAD


El próximo martes, 8 de marzo, se conmemora el Día Mundial de la Mujer Trabajadora, una efeméride que recuerda a la sociedad que todavía queda mucho para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres. Una igualdad que todavía es más difícil para las mujeres con discapacidad. Los testimonios de Marta, Laura, Carmen y Belén, denuncian el camino que aún queda por recorrer.

Marta Arce, una persona ciega que presenta uno de los historiales deportivos más brillantes del deporte español, cosechando sucesivos éxitos durante catorce años seguidos en el judo paralímpico en su categoría (menos de 63 kilos), es diplomada en fisioterapia en la Escuela Universitaria de Fisioterapia de la ONCE, y tiene el título convalidado en Italia, donde también ha trabajado.

Arce reconoce que “compatibilizar el trabajo con la familia hoy en día es harto complicado, hablan de conciliación y esto consiste en que dejes de trabajar”.

“Cuando el puesto no requiere calidad, sino rapidez, las empresas piensan que una persona con discapacidad va a ser lenta y en otras ocasiones, por ser mujer, se piensan que no tenemos fuerza para realizar nuestro trabajo como fisios”, explica.

Esta deportista, que está a punto de dar a luz su tercer hijo, dice "“la mujer siempre está esperando ascender en su puesto de trabajo y va renunciando a todo, hasta que llega un momento que renuncias a tu ascenso, es una cuestión de supervivencia. Alto que señala que también ocurre en el ámbito deportivo, “¿cuántas mujeres hay becadas con el ADOP (Plan Apoyo al Deporte Objetivo Paralímpico)? Es un porcentaje para llorar”".

Laura Jiménez tiene una discapacidad del 85% y su enfermedad degenerativa neuromuscular le afecta en todo lo que implique movilidad. Pero no es obstáculo para que pueda desempeñar su labor en el departamento de Gestión del Conocimiento y Documentación del despacho de abogados Garrigues. “"Tengo un ratón ergonómico, una pantalla panorámica, un aseo adaptado y no tengo obstáculos en el mobiliario pues soy usuaria de silla de ruedas"”.

Relata que, aunque nunca se ha sentido discriminada, es “consciente de que las mujeres no lo tenemos fácil a la hora de encontrar buenos puestos de trabajo frente a los hombres, con o sin discapacidad”. Pero reconoce que, simplemente por el hecho de tener una discapacidad “hay que demostrar tus capacidades varias veces más cada día”.

En el caso de Carmen Blanco, persona sorda QUE habló a través de una intérprete de lengua de signos, afirma estar “muy contenta por las facilidades que tengo de comunicación y conciliación familiar”, algo que para ella, que tiene dos niñas de 5 y 3 años, es “muy importante”.

Actualmente Carmen trabaja en la Fundación CNSE, Confederación Estatal de Personas Sordas, como técnica del Área de Investigación y Materiales de Lengua de Signos Española.

“"He de reconocer que la situación de la mujer en el ámbito laboral es un problema y si a eso le añadimos el aspecto de la discapacidad hay una doble dificultad, y si a eso le sumamos el hecho de ser madre, la complicación aumenta”", reflexiona.

"Su vida es, insiste, como la de cualquier familia. “Voy al trabajo, después recojo a las niñas del colegio, me ocupo de las tareas de casa con mi marido, que también es una persona sorda, superviso las tareas de mis hijas…., como todas las familias”.

Belén Rial, tampoco tuvo problemas a la hora de encontrar trabajo pues su incorporación se tramitó desde el Servicio de Empleo de Down Madrid y desde hace tres años trabaja en la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) como auxiliar administrativo

Es una joven con síndrome de Down y lamenta lo “difícil” que es para cualquier mujer trabajar porque “hay mucho paro y los gobiernos no hacen lo que deben hacer”. Y añade que las mujeres que tienen discapacidad lo tienen “un poco peor”.

Dice que nunca se había sentido discriminada por ser mujer, pero por tener discapacidad sí, sobre todo, recordó, “"en la época del colegio porque era todavía muy joven y no entendía por qué los demás me rechazaban o no veían que era capaz de hacer muchas cosas. Pero pasado el tiempo algunos profes empezaron a creer en mis posibilidades y entonces eso me hizo sentir que soy capaz de cualquier cosa"”.


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