InfoSord-Cördona, 31 mayo
por P. García-Baquero
«Vivo sin vivir en mí y de tal manera espero,que muero porque no muero». Estos retazos sacados de «Las coplas del alma que pena por ver a Dios» de San Juan de Dios son difíciles de entender para un estudiante de la ESO antes de darle a conocer el concepto de la mística. Sin embargo, lo es mucho más para alguien sordo con problemas para el habla.
Rosa María saca el libro de Lengua y Literatura del primer curso de Bachillerato y comienza a desmenuzar a su alumno sordo los entresijos de la literatura mística. No es tarea fácil pero esta voluntaria le pone empeño. Hoy ha tocado literatura pero otros días son ciencias o matemáticas. El problema no es que este alumno de Bachillerato sea sordo sino que la discapacidad auditiva viene acompañada de una discapacidad oculta que es la falta de comprensión. Rosa lo achaca a que estos alumnos sordos se han educado desde pequeños en colegios públicos que no han tenido intérpretes o educación oral hasta Secundaria. Les falta la base para poder comprender más allá.
Son muy pocos los profesores con bilingüismo (lenguaje oral y de signos) en Córdoba.
A esto se suma las dificultades que padecen igualmente niños oyentes de padres sordos, quienes necesitan también apoyos fuera del aula.
Rosa comenzó con el voluntariado después de realizar un curso de lenguaje de signos. Al principio era un mundo desconocido para ella, pero al final lo tomó como una lengua más. De este curso salió un grupo de voluntarios dispuestos a ofrecer apoyo educativo. Esta historia arrancó hace ya más de dos años.
Como alumnas han pasado por Rosa desde una joven que ha cursado un ciclo superior de FP a una universitaria, ambas sordas.
Además, desde la Asociación Provincial de Sordos en la avenida del Corregidor cuentan con un aula virtual, donde pueden resolver sus dudas con una psicopedagogía.
De las personas sordas, Rosa destaca que son grandes comunicadores porque están acostumbrados a esforzarse en un mundo de sonidos invisibles y en una sociedad que se expresa con la voz acompañadas de algunos gestos.
De cualquier gesto sacan sus conclusiones, lo entienden perfectamente. Aún así hay que ser muy cuidadosos con el lenguaje cuando en el grupo hay alguna persona sorda, ya que hay bromas que pueden que no las hayan captado y les «choque».
Sin embargo, de lo que están orgullosos en la Asociación Provincial de Sordos es de que las perspectivas para estas personas han cambiado. Ya no son de la generación que fracasaba en los estudios y se veía abocada a estar de por vida anclada a una portería o de limpiadores o barrenderos.
A ellos, ahora, se les ha abierto un abanico de posibilidades que pasan, y cada vez ocurre con más frecuencia, por ser licenciados universitarios. La última chica que ha salido de la la Asociación estudió Magisterio Educación Especial.
Rosa asegura que cuando llegan a la asociación, entran como a casa. Aquí el silencio no es por obligación, pero no paran de gesticular y comunicarse con signos. La última adquisición de la Asociación de Sordos ha sido un servicio de teleinterpretación a través del teléfono.
Este sistema, que lo están implantando los usuarios en sus casas, consiste en que tu llamas, y aparece una teleoperadora que te pregunta desde una pantalla adherida al teléfono qué deseas. Desde la asociación pueden pedir de esta forma desde una cita a la peluquería o al médico hasta una pizza.
Esta nueva tecnología unid a los sms que usan la mayoría de los jóvenes sordos les ayudan a vivir en el ruido.
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