Docentes y estudiantes universitarios encaran un trabajo de sociabilización con el fin de lograr una real integración entre aquellos que tengan alguna discapacidad auditiva y aquellos que no.
“Interrelación entre adolescentes sordos y oyentes en la educación secundaria sobre Derechos Humanos (en especial la Educación Vial) a través del lenguaje de señas”, es el título de la iniciativa que se lleva adelante desde principios de año en el marco del Programa Universidad en el Medio que financia actividades de extensión tendientes a responder a demandas sociales.
El doctor José Horacio Grando es el director del proyecto que se realiza desde la Facultad de Derecho y Ciencias Políti-cas y el Instituto de Ciencias Criminalísticas y Criminología de la Universidad Nacional del Nordeste.
“Siempre se está trabajando para lograr la integración de las personas con discapacidad a la sociedad. El problema central de un adolescente sordo es la sociabilización con otros jóvenes de su misma edad, entre ellos, los no sordos. Esto tiene una doble vía; si bien se presenta exclusión de los sordos por parte de los oyentes, tampoco suele ser sencillo que un adolescente oyente sea aceptado tan fácilmente para compartir las vivencias de un grupo de sordos”, explicó el doctor.
Señaló en este sentido que el trabajo que se propone es a la inversa: “Buscaremos la integración utilizando el lenguaje de señas que emplean los sordos o hipoacúsicos para instruir a adolescentes oyentes en temas de derechos humanos, especialmente educación vial”. En este sentido, dijo que serán los mismos alumnos con problemas auditivos los que enseñarán al resto Educación Vial mediante la aplicación de algunos símbolos del lenguaje de señas.
Finalmente, trabajarán en equipos mixtos (oyentes y no oyentes) en la elaboración de proyectos para resolver cuestiones cotidianas que alteran la seguridad vial.
La selección del tema se basó en la similitud de la simbología del lenguaje de señas respecto a la iconografía utilizada en seguridad vial, ya que ambas basan su funcionamiento en la percepción visual mientras que las lenguas orales lo hacen en la percepción auditiva.
“Es una tarea compleja, pero sabemos que posible y necesaria”, expresó el doctor Grando. Para la realización del proyecto se trabaja en forma conjunta con el Instituto Hellen Keller, delineando las metodologías más factibles de aplicar.
“El Hellen Keller tiene a muchos de sus chicos cursando el Nivel Medio en escuelas comunes. Estas serán las destinatarias, con una activa participación de los jóvenes hipoacúsicos, quienes tendrán la tarea de transmitir conocimientos a sus compañeros”.
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