Por R. Ortega
Que la sociedad esté más sensibilizada con los problemas de las personas sordas; seguir avanzando en la accesibilidad, con más intérpretes y gente que conozca esta lengua, especialmente en los hospitales; más adaptaciones visuales en los autobuses, para facilitar la igualdad e integración social; y mayor colaboración con las instituciones públicas y privadas, sobre todo para progresar y aplicar las nuevas tecnologías, son algunas de las principales reivindicaciones de este colectivo, que engloba a once mil personas en Castilla y León.
Luis Miguel Jiménez es el presidente de la Federación de Asociaciones de Personas Sordas de Castilla y León (Fapscl) desde hace quince meses. Su desafío: «que todos los sordos puedan trabajar en lo que les gusta y sin limitaciones ni barreras de ningún tipo». Sabe que lograr este objetivo es una tarea ardua y complicada, y observa que es necesario que estas personas entiendan también que para desempeñar muchos empleos hace falta un título universitario y formación cualificada. De todos modos, Jiménez valora positivamente que las empresas estén cada vez más implicadas y se estén consiguiendo más contratos, «pese a que todavía sigue habiendo muchos empresarios que tienen miedo a dar el paso por desconocimiento», advierte. Es consciente también de que la crisis aprieta y afecta a todos, pero recuerda que casi siete de cada diez personas sordas en disposición de trabajar están en el paro.
Por otro lado, reconoce que en materia de accesibilidad se ha avanzado bastante en los últimos años, pero insiste en que aún queda mucho camino por recorrer hasta lograr la plena integración social e igualdad del colectivo. «Los intérpretes son necesarios y muchas veces se piensa que con ellos es suficiente y no es así», señala, tras explicar que es importante que los sordos conozcan la lengua de signos. Y es que menos del 30 por ciento por ciento de las personas con discapacidad auditiva de la Comunidad utilizan esta lengua. Algo que Luis Miguel achaca a la mentalidad más cerrada de los castellanos y leoneses, y reclama que se enseñe a edades tempranas, pero también culpa a los políticos, a los que pide más apoyo, . «Queremos que se respete la identidad de las personas sordas y que las entidades públicas y privadas piensen más en nosotros y no en sus intereses».
Nuevas tecnologías
Reclama también que se apliquen los avances en las nuevas tecnologías, como las signoguías en los espacios culturales. Destaca herramientas como los bucles magnéticos para sordos que utilizan audífonos o implantes cocleares, que se han implantado en algunos museos como el Colegio de San Gregorio, en Valladolid, y posibilitan a estas personas acceder y a estos recintos y disfrutar del arte y la cultura de la misma forma que el resto.
Luis Miguel Jiménez insiste en que gran parte de la solución a los problemas de las personas sordas pasa por las nuevas tecnologías y avanza que está trabajando en un proyecto que se llama «Svisual», que se podrá aplicar en hospitales y ayuntamientos, por ejemplo, y que mejorará la calidad de vida de este colectivo. Valora también la herramienta «Vídeoelbarco» para eliminar barreras de comunicación, en la que, a través de un móvil o una pantalla de ordenador, los sordos pueden contactar con un hospital para cualquier consulta, con la comodidad y seguridad de que al otro lado habrá una persona que conoce la lengua de signos a la que podrán explicar su problema de salud. En cuanto a los proyectos más inmediatos, destaca el programa de teleasistencia para personas mayores sordas. Asegura que el acuerdo está firmado y que solo falta un poco de papeleo para que esté en marcha. Algo que sucederá en 2012.
Está preocupado por la crisis y los recortes, «porque tenemos que seguir prestando servicios con menos medios», alerta, y felicita a la nueva consejera de Familia, Milagros Marcos, con quien espera seguir manteniendo las buenas relaciones que el colectivo tenía con su predecesor, César Antón.
«En el medio rural viven en una burbuja»
Castilla y León es una región extensa y muy dispersa, por lo que atender a las personas con alguna discapacidad, como la auditiva, es aún más complicado. Jiménez cree que el principal problema es que la mayoría de las personas sordas «vive como en una burbuja, al cuidado de los familiares sin relacionarse con el exterior, lo que agrava su problema comunicativo». Explica que la gran mayoría no sabe hablar la lengua de signos y usan señales apalabradas con su familia, «lo que conlleva un subdesarrollo cognitivo». Para hacer frente a este problema, pide que se dé más voz a los pueblos y promover la participación de los sordos a través de las asociaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.