Los padres exigen que se ofrezca a este alumnado con necesidades especiales, lenguaje de signos en las aulas. Quieren que se garantice así una verdadera igualdad de oportunidades.
En algunos colegios, son las propias familias quienes tienen que costear los servicios de un intérprete. Una situación que se produce, sobre todo, en los centros concertados donde la ley no obliga a ofrecer este servicio.
Alfredo Gómez, presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones de Sordos, aclara que la lengua de signos es crucial para que los chicos y chicas con esta discapacidad puedan estudiar en igualdad de condiciones. Por eso, incide en el cumplimiento de la normativa.
La Federación Andaluza de Asociaciones de Sordos explica también que los niños y niñas cuentan con un intérprete a partir de los doce años, cuando entran en secundaria. Y creen que lo ideal sería desde los tres años, cuando se matriculan de primaria. Además, reclaman cambios en los criterios establecidos para contratar a los especialistas que trabajan con este alumnado.
Pese a los avances tecnológicos recientes en acciones médicas, los expertos advierten sobre la necesidad de mantener la lengua de signos para que los niños y niñas con sordera profunda tengan las mismas habilidades en el habla y la comprensión.
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