En Michoacán, alrededor de 25 mil personas son sordas, pero además de su discapacidad no son incluidos porque la sociedad michoacana es intolerante con ellos.
Ante este contexto, el activista social, Gerardo Herrera Pérez llamó a la comunidad a posicionar el lenguaje de señas mexicanas en la entidad “porque de esta manera es como podemos hacer exactamente lo que dice la ley, una inclusión y pluralidad para tener una sociedad justa e igualitaria”.
Señaló que las principales demandas de las personas que no escuchan son empleo, educación y salud, pero sobre todo entender y sensibilizar a la sociedad de que el lenguaje de señas es una herramienta fundamental para la interpretación e interlocución de los sordos con las comunidades.
“Es importante concientizar a los servidores públicos para que podamos ir en conjunto y con una visión que nos permita la inclusión y pluralidad en esta sociedad que es intolerante y que no permite la participación de las personas que son diferentes”, resaltó Herrera Pérez.
Por último, y al interior del Comisión Estatal de los Derechos Humanos, el activista social remarcó la importancia que tiene el lenguaje de señas para la inclusión de las personas con este tipo de discapacidad “debe de haber señalética en los hospitales, escuelas, y oficinas gubernamentales para que verdaderamente existe la participación de ellos y nosotros podamos ayudarlos”.
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