La dificultad por aprender de los niños con discapacidad auditiva que vio la hermana Gladys Chiluiza, misionera de la Iglesia católica, así como la falta de comunicación entre padres e hijos sordos por desconocimiento del lenguaje de señas, la llevó a emprender una obra educativa que hoy toma forma con la inauguración del área maternal y talleres, en Gómez Rendón y la 15.
El programa de Educación y rehabilitación maternal para personas con discapacidad auditiva se apertura a las 10:00, tras más de un año de construcción, con apoyo de la Arquidiócesis de Guayaquil y financiación del Municipio de esta ciudad y del Programa Madrid.
La nueva área cuenta con un maternal para niños de 0 a 3 años, con discapacidad o sin discapacidad, salón de talleres para capacitación de jóvenes y adultos sordos, aula de terapia de lenguaje, consultorio psicológico, área administrativa
La hermana Chiluiza, quien también es maestra, dijo que todo se originó porque conocía casos de madres que por su sordera y falta de enseñanza no saben cómo preparar coladas o atender a sus hijos.
“Incluso hay familias donde los hijos pueden oír, pero los padres tienen discapacidad, entonces el aprendizaje ha sido poco o no ha habido una comunicación adecuada”, expresó.
La misionera señaló que en esta área los chicos recibirán estimulación sensorial para que aprendan el lenguaje de señas, antes de comenzar con toda la educación regular que reciben los chicos.
Agregó que los talleres están dirigidos para familias que tienen miembros con esta discapacidad; las clases serán personalizadas, dijo.
Asimismo, sostuvo que voluntarios que quieren aprender el lenguaje de señas para ayudar como intérpretes también pueden inscribirse. “Hay sordos que requieren de un intérprete cuando van a empresas o para hacer sus trámites, los que quieren hacer voluntariado de esta forma también pueden inscribirse”, dijo.
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