juez de los niños sordos exculpa al Papa y critica a «The New York Times»
La Iglesia norteamericana lleva años tomando medidas contra los abusos a menores… y contra los abusos de la Prensa. Thomas Brundage, el juez canónico que investigó en 1996 los abusos sexuales a niños sordos del sacerdote Lawrence Murphy, ha publicado en la revista y la web de su actual diócesis de Anchorage, Alaska, una extensa explicación de los hechos, negando toda responsabilidad del Papa y criticando a «The New York Times» y «a otros cien medios periódicos y medios on-line» por haberle citado (erróneamente) y porque ningún periodista se puso en contacto con él para conocer el proceso del que fue juez.
La psique del pederasta
«Como capellán voluntario en la prisión de Alaska encuentro un rasgo común entre los encarcelados por abuso sexual a menores y los curas implicados en estas acciones», escribe. «Tienden a ser inteligentes y manipuladores, suelen ser agradables y encantadores. Tienden a poseer un solo objetivo: satisfacer su hambre. La mayoría son altamente narcisistas y no ven el daño que causan. No ven a los niños que abusan como personas, sino como objetos. Rara vez sienten remordimientos y a veces se presentan como víctimas».
Brundage entrevistó a muchas víctimas, algunas de las cuales luego se convirtieron en abusadores a su vez. «Me di cuenta de que esta enfermedad es virulenta y se transmitía a otros con facilidad», afirma. Comprobados los abusos del periodo 1950-1974, Brundage, como juez, iba a pedir la reducción al estado laical de Murphy, ya muy enfermo, pero no dio tiempo: murió en verano de 1998.
Brundage afirma que las citas que le atribuye «The New York Times», tomadas de una nota escrita a mano, no son suyas: «no es mi letra». Recuerda que nadie del diario ha hablado con él. Tampoco acepta que el ayudante del cardenal Ratzinger, Tarcisio Bertone, le hubiese impedido juzgar a Murphy: «murió como acusado bajo un juicio criminal de la Iglesia». Brundage alaba la decisión de Ratzinger de 2001 de que los juicios sobre abusos se centralicen en Doctrina de la Fe, una medida que considera muy eficaz. «En vez de acusarle de inacción en estos asuntos, él [Ratzinger] ha sido un líder fuerte y efectivo contra ellos», concluye.
El testimonio de Brundage viene a confirmar las acusaciones del arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, de que «The New York Times» se mueve por un prejuicio anticatólico. Dolan desarrolló sus argumentos en su blog… una web que trae de cabeza al diario.
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