Está demostrado que los niños con deficiencias auditivas presentan problemas en el terreno matemático. El equipo de investigación coordinado por el profesor José Miguel Rodríguez Santos, de la Universidad de Málaga (España), ha demostrado que las dificultades relacionadas con las habilidades numéricas básicas no son un aspecto inherente a la sordera sino un problema secundario provocado por las dificultades en sus habilidades lingüísticas y comunicativas.
“El impacto del lenguaje en general sobre los niveles superiores de procesamiento numérico, como el cálculo o la resolución de problemas, está bien demostrado”. Gracias a esta investigación, “hemos corroborado que es una dificultad secundaria vinculada a su dominio de las habilidades lingüísticas. Por tanto, si los niños sordos resuelven sus problemas de acceso a estas habilidades de una manera efectiva, resuelven también sus problemas con el procesamiento numérico en la misma medida que lo hacen los oyentes”, afirma Rodríguez Santos.
Por esta razón, se han centrado en el análisis de las llamadas habilidades numéricas básicas, tales como la “estimación de magnitud”, la “representación de línea mental numérica...”. Estas habilidades son las que deben llegar a automatizarse para un posterior buen rendimiento matemático. “Estas son tareas matemáticas que no exigen un fuerte dominio lingüístico y pueden, por tanto, realizarse sin el requisito de necesitar unas complejas instrucciones o razonamientos para afrontar la tarea”.
Estos expertos han evaluado por primera vez a un grupo de niños con sordera profunda con edades comprendidas entre los 8 y los 12 años (hasta ahora los estudios precedentes evaluaban adultos), y otro grupo de niños oyentes. A través de cuestionarios, pruebas de inteligencia general, de lectura, de competencia lingüística y una batería de habilidades matemáticas realizados en centros escolares malagueños, canarios y madrileños, han seleccionado a los sujetos en “dos grupos de sujetos sordos nativos profundos divididos en sordos oralistas y sordos usuarios de la lengua de signos; y dos grupos de control de sujetos oyentes escolarizados de similar edad cronológica y de similar edad lectora”. Tras las pruebas y análisis, R. Santos y su equipo han constatado que el rendimiento de los niños sordos depende mucho de su dominio del lenguaje y de su capacidad comunicativa. “Cuando el dominio del lenguaje es bueno su rendimiento numérico es bueno”.
A partir de estos experimentos han comprobado estas dos realidades: la realidad del niño sordo y la del niño oyente; y se han acercado al modo en el que abordan el aprendizaje de los números y de las habilidades matemáticas básicas unos y otros: “Los niños sordos desarrollan estrategias alternativas a las que usan los niños oyentes para conformar sus imágenes matemáticas mentales”. Por eso, resulta beneficioso el uso de otros modelos de enseñanza como la enseñanza a través de la palabra complementada, un modelo importado de EEUU que se basa en un sistema de apoyo con las manos a la lectura labial y la palabra hablada.
Sin embargo, el método más beneficioso, según este grupo de investigación, son los implantes cocleares. “Hemos comprobado –asegura el profesor Rodríguez Santos- que estas prótesis auditivas mejoran mucho las habilidades comunicativas y lingüísticas y, como consecuencia, el rendimiento numérico”.
El proyecto, denominado Procesamiento numérico en deficientes auditivos profundos, fue calificado en 2007 como Proyecto de Excelencia por la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia, e incentivado con 38000 euros.
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