lunes, 3 de mayo de 2010

Contraste en lenguaje de señas

InfoSord-Sancti Spíritus (Cuba)
Por Mary Luz Borrego Díaz


Un intérprete de lengua de señas constituye un puente imprescindible para deshacer las murallas del silencio de los sordos.


“Necesito un intérprete en lengua de signos”, reza un llamado en el sitio electrónico www.guiaweb.org y a continuación narra el drama de un sordo en trámites de divorcio, angustiado por la separación de sus hijas y la posibilidad de perder su hogar. “Es urgente, está desesperado”, aclara el solicitante.


En la dirección electrónica www.elmundo.es se asegura que el gobierno español calcula el costo de formar a un intérprete de lengua de signos en unos 14 000 euros; mientras que www.achiels.cl/ anuncia el inicio de un curso básico de lengua de señas en Chile en mayo durante dos meses con un valor de 25 000 pesos.


Evidentemente todo un contraste en lengua de señas: en Sancti Spíritus, las alrededor de 1 020 personas sordas que viven por esta geografía del centro de Cuba ya cuentan con la garantía de un intérprete de lengua de señas cubana, lo cual contribuye notablemente a mejorar la integración social de esa comunidad y sus posibilidades de superarse.


Esas decenas de intérpretes se formaron en un sistema de enseñanza totalmente gratis, subvencionado por el Estados Cubano, que recientemente comenzó a fomentar estos estudios en el nivel universitario para elevar el conocimiento de los traductores. Su servicio también se realiza de forma gratuita para los sordos que lo necesitan.


Arnel Dayán Ruiz, entre los primeros intérpretes espirituanos de lengua de señas cubana y coordinador regional y provincial de este gremio, detalló a Escambray digital que, aunque se afirma que el lenguaje de señas resulta tan antiguo como el oral, cada país dispone de sus propios códigos y especificidades.


Según aseguró, este tipo de comunicación incluye cuatro componentes fundamentales: las señas propiamente, expresión corporal, alfabeto manual antiguo y el dactilema (mostrar letras con los dedos).


En 1994 Cuba incorporó esta posibilidad para la instrucción en las escuelas especializadas. Con otros cursos de emergencia en enseñanza politécnica, así como seminarios. En el territorio se ha logrado completar la demanda de este poco común oficio con la existencia aquí de más de 30 intérpretes.


Este tipo de traductor constituye un puente imprescindible para deshacer las murallas del silencio de los sordos: “Uno adquiere con ellos casi la misma responsabilidad que con los hijos, un nivel de compromiso muy serio que implica respetar horarios y lugares establecidos. Tenemos un código de ética que cumplir porque se trata de ayudarlos en trámites personales, jurídicos, laborales, de salud en su formación escolar”, puntualizó Arnel.


Lamentablemente, en no pocas ocasiones las propias familias rechazan a los sordos y ni se interesan en aprender este idioma de los gestos. Aunque en el mundo existen reportes de sordos graduados como pilotos, abogados o periodistas, muchos aún minimizan a esta comunidad, que poco a poco derrumba las murallas a sus derechos, en muchos casos con la ayuda de un intérprete.

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