EDUCACIÓN
La comunidad educativa de la Escuela Especial Nº 505 insiste en que se realicen los arreglos en el edificio, caso contrario no permitirán el inicio de clases en 2012
Los padres de los alumnos que concurren a la Escuela de Sordomudos Nº 505 de Quilmes Oeste comunicaron que no permitirán el inicio de clases el año que viene en el edificio de Tucumán y Vicente López porque consideran que el dictado de clases en ese inmueble se volvió peligroso.
Expresaron que este año, como viene sucediendo desde hace más de una década, el centenar de alumnos que concurre al establecimiento tuvo que soportar filtraciones en cuatro aulas que fueron reparadas a medias y condiciones de seguridad pésimas: no hay salida de emergencia y las escaleras son angostas.
La vieja casona que alberga a alumnos del jardín, la primaria y la secundaria está colapsado y se hace necesaria una refacción integral que dejaría a los chicos sin clases por un período largo de tiempo, por lo cual la única solución sería la construcción de un edificio nuevo.
¿En el ex Chaparral?
Hay un proyecto para trasladar a la escuela al ex Chaparral de Don Bosco que no conforma a los padres porque ese edificio se encuentra en peores condiciones y está ubicado en un barrio inseguro, pero la comunidad educativa es conciente de que no se pueden seguir dictando clases en las condiciones actuales.
Días atrás, durante el acto de fin de curso que se realizó en la calle por falta de espacio ya que todas las aulas son pequeñas y la escuela ni siquiera tiene patio, se denunció el precario estado del edificio con fotos de las obras inconclusas.
Este año se intentó arreglar las pérdidas de agua de las cañerías pero la humedad y la antigüedad de toda la estructura obligaron a dejar sin terminar los trabajos generando un verdadero riesgo de electrocución para docentes y alumnos.
Las autoridades no responden
Al acto no concurrió ninguna autoridad de la Municipalidad ni del Consejo Escolar que, aseguraron los padres, conocen la situación del inmueble pero, a pesar de los reclamos, no ofrecieron ninguna solución.
Por eso los padres enviarán una carta a la Dirección de Escuelas de la provincia de Buenos Aires denunciando la situación y ya se organizan para no dejar que el año que viene los chicos atraviesen los mismos riesgos que en 2011 y 2010, cuando una périda de gas obligó a suspender las clases varias veces.
"No vamos a permitir que nuestros hijos vuelvan a clases en estas condiciones. Los riesgos son reales y al tratarse de chicos sordomudos, cualquier situación de emergencia se torna mucho más peligrosas", explicó una de las madres.
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