jueves, 8 de diciembre de 2011

Schakolad Chocolate Factory: chocolates artesanales, un dulce regalo festivo


SOCIEDAD

"Cubrir al mundo de chocolate" es la misión de una empresa familiar que tiene franquicias en todo el país

Por estos tiempos de celebración en los que los chocolates son un regalo casi perfecto para endulzar a cualquiera, tanto en Navidad como en Hanukkah, Adriana Schaked tiene más trabajo que nunca. Pero ella disfruta cada instante y cada creación de su tienda y negocio familiar: Schakolad Chocolate Factory, en Davie.

Bien podría decirse que esta argentina nació, creció y vive dentro de una fábrica de chocolate.

"Cuando nací, llegué del hospital a la fábrica de chocolate, que era mi casa. Nosotros vivíamos en el segundo piso y el negocio de mi padre estaba en el primero", cuenta Schaked, administradora de la fábrica, en Davie.

A cargo de la producción en esta tienda "artesanal", en la que todos los chocolates se hacen en el mismo local, está su hija Dafne Reich, quien recientemente preparaba una orden de cerca de 2,000 chocolates para el WinterFest Boat Parade del Hard Rock Café.

"El chocolate es parte de mi vida. Mi papá [Baruch Schaked] me enseñó a prepararlos desde chica", advierte Reich.

Pero fue su abuelo, Gustavo Bar, padre de Schaked y chocolatero argentino fundador de la famosa empresa Chocolates Bariloche S.A., en Argentina, quien inició esta dulce aventura. El negocio familiar fue creciendo cuando Adriana se casó con Baruch Schaked, quien luego fundó una chocolatería en el sur de Florida, la cual, al querer venderla para jubilarse, fue convertida por su hijo Edgar en una franquicia que hoy es Schakolad Chocolate Factory. Él también creó el Festival de Chocolate en Palm Beach, que se realizó a fines de noviembre.

La primera tienda de la franquicia fue abierta en Winter Park, en el centro de Florida en 1995. Hoy hay más de 28 franquicias, incluyendo ocho en Florida (tres en el sur del estado) y una en Kfar Saba, en Israel.

En medio de la locura de la producción festiva, en una tarde reciente Schaked nos dio un paseo por la tienda y fábrica en Davie. La pasión de esta familia por los chocolates y por atender bien a los clientes es evidente. Se nota en cada detalle.

"Nosotros queremos ser esa 'chocolatería de barrio'. Yo converso con mis clientes y a muchos ya les conozco el gusto. Muchos quedan tan contentos que luego traen a sus amigos. Quiero que éste sea un lugar muy divertido y dulce para visitar", advierte.

De hecho es destino de muchas personas de la comunidad. El local recibe constantemente grupos de estudiantes escolares, de campamentos de verano, niños de orfanatos y de organizaciones que ayudan a pequeños con incapacidades físicas.

"He tenido niños sordomudos que han venido a aprender a preparar chocolates, para quienes tuve que tener dos intérpretes", advierte Schaked.

Amén de los tours y clases de chocolate, y de las fiestas para grandes y chicos que organiza el local, éste también tiene un "mini-café", donde, entre otras delicias, se destaca el Schakolatte, la icónica receta familiar de chocolate con café con leche.

La misión de la empresa, según sus fundadores, es "cubrir al mundo con chocolate". Al parecer lo están logrando, dado el creciente número de franquicias y de la cantidad de chocolates que se fabrican en cada una.

Y es que al ingresar a la chocolatería de Davie uno se sorprende no sólo por el tentador aroma que emana el lugar, sino por la variedad de chocolates que hay para escoger.

Los hay en forma de bolas de fútbol y football de tamaño real, de iPods, de sorpresas para "baby showers", de Papá Noel y muñecos de nieve, incluso se venden botellas de vino y champaña cubiertas de chocolate, además de las copas de chocolate en las que se toma el vino.

Y los sabores son tan variados como sus estilos: chocolates amargos, de leche, con menta, con galletas oreo, con pecanas, y más. ¿Y los estilos? Bombones, mazapanes, paletas o trufas, tan sólo por mencionar algunos. Igualmente, por pedido se pueden comprar chocolates que cumplen con los estándares Kosher.

Al fin y al cabo, acá simplemente hacemos lo que buscamos que haga cada franquicia, dice una siempre sonriente Schaked. Y eso es complacer a los clientes "con una excelente atención y con chocolates gourmet preparados con los ingredientes de la mejor calidad".

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