Por Margarita Barrios
Hace 50 años Cuba fundó no solo un sistema de enseñanza especial, sino una política educativa con corazón raigalmente humanista y una creatividad asombrosas. Otro escalón sensible en el camino del respeto a la diversidad
Quizá sea más difícil que logren identificar una letra, que aprendan el significado de una palabra, que puedan retener un concepto en la memoria. Sin embargo esas limitaciones no quieren decir «no».
Con paciencia y altruismo inimaginables miles de maestros enseñan cada día a aquellos a los que la vida les puso una meta más alta para poder aprender. Para ayudarlos, y también a su familia, se creó hace 50 años un sistema de educación tan especial como ellos, que pretende desarrollar todas sus potencialidades y propiciarles ser útiles a sí mismos y a la sociedad.
La tristeza de quedar olvidados en un rincón —donde nadie pueda verlos— quedó atrás. Convivir con ellos, y darles todas las oportunidades posibles, hace que nuestro país tenga uno de los sistemas educativos más justos del mundo.
A Moraima Orozco Delgado, directora de Enseñanza Especial en el país, le asisten hermosas razones para sostener que esta, más que un tipo de enseñanza, implica una política educativa, una didáctica para personas con necesidades educativas especiales, una forma de enseñar enriquecida por el empleo de todos los recursos necesarios y el apoyo y la creatividad de un docente bien preparado. Faltaría agregar un corazón y un alma enternecedoramente bellos.
«Es enriquecedora, porque conduce y transforma, desarrolla el ritmo peculiar de cada alumno y optimiza sus posibilidades», subraya.
La funcionaria asegura que la Enseñanza Especial es más que una red de escuelas; es un sistema que se interrelaciona con todas las enseñanzas y le brinda a cada educando la atención que requiere en cualquier lugar donde se encuentre.
«El objetivo es que aprendan a partir de desarrollar todas sus potencialidades, con una fuerte implicación en la preparación laboral, para que se puedan integrar a la sociedad».
Este 4 de enero se cumplen los primeros 50 años de la creación de ese sistema de enseñanza especializado para atender la diversidad. En 1959 tenía 134 alumnos, y a partir de la Campaña de Alfabetización se detectó que había un gran número de personas que no podían aprender a leer y escribir por sus limitaciones físicas o intelectuales.
Luego se creó una red de centros, y aunque los estudiantes recibían el mismo programa de estudios de la enseñanza general, se integraron otras asignaturas que les permitirían aprender, según sus dificultades.
«Se continuaron elaborando textos, programas, orientaciones metodológicas para los maestros, cuadernos de trabajo, así como también aulas para la logopedia y talleres para que desarrollen sus habilidades manuales», explicó Moraima.
«También, en coordinación con el Ministerio de Salud Pública, recibimos equipamiento para la atención a diversas patologías: auditivo y tecnológico de todo tipo, que nos permiten realizar mejor nuestro trabajo.
Tenemos asignaturas específicas, que les proporcionan a los educandos la compensación y corrección; por ejemplo, los ciegos y débiles visuales reciben una llamada orientación y movilidad».
La especialista puntualizó que un elemento importante son los centros de diagnóstico y orientación, en los cuales se asegura la evaluación correcta de los niños y niñas, se distinguen cuáles son las necesidades y qué apoyo se les puede brindar.
El país cuenta con 203 equipos multidisciplinarios integrados por 1 112 especialistas.
«También se atiende a la familia, que es fundamental en todo el proceso educativo, no solo para que coopere con la formación de sus hijos, sino por las afectaciones psicológicas que pueda tener», destacó.
Entre los logros de esa enseñanza mencionó la formación, desde 1981, de maestros especialistas en Defectología. «Además contamos con un número importante de docentes que han alcanzado su título de máster y ya tenemos cien doctores», destacó.
«La única carrera acreditada del MINED es la de Educación Especial, en las universidades de Ciencias Pedagógicas de La Habana y Santiago de Cuba, lo cual nos llena de orgullo», apuntó.
Moraima reconoció que estos logros de la Educación Especial no serían posibles sin la integración con el plan de acción nacional para la atención a los discapacitados, con las asociaciones, como la de Limitados Físico-Motores (ACLIFIM) o la de sordos (ANSOC), así como con el Programa de empleo para personas con discapacidad, creado en 1997.
Educa a tu hijo
De experiencia inédita en el mundo calificó Moraima Orozco la que se realiza con el programa Educa a tu hijo, que atiende a niños y niñas en edad preescolar a través de vías no institucionales.
Explicó que la atención temprana a los pequeños con alguna necesidad educativa especial es fundamental, incluso con un carácter preventivo.
Destacó que en este trabajo se vincula el Centro de Referencia Latinoamericano para la Educación Preescolar (CELEP) y se realiza la preparación de las promotoras y ejecutoras del programa en la comunidad, con la ayuda de los docentes de la enseñanza especial.
«Hay 7 583 niños y niñas de cero a seis años identificados en todo el país en este programa. No son los que están en las escuelas especiales, sino que reciben orientación y seguimiento para garantizar su atención; por eso no podemos hablar de escuelas especiales, sino de un programa integral», añadió.
Significó que ese sistema de enseñanza también participa en el programa social —que comparten los ministerios de Educación y de Trabajo y Seguridad Social— para brindar apoyo a las madres que no pueden trabajar porque sus hijos tienen discapacidades severas que les imposibilitan acudir a los centros escolares.
Inclusión y atención
Múltiples legislaciones internacionales hablan de inclusión a la hora de atender a las personas con necesidades educativas especiales. Y si bien el país cuenta con 375 escuelas especiales, con una matrícula de 39 618 estudiantes y 15 000 docentes, hay 73 108 alumnos que son atendidos en todo el sistema general de enseñanza.
En este mismo sentido explicó que la Logopedia y la Psicopedagogía tienen hoy una nueva mirada, con la participación de sus profesionales en la educación preescolar y primaria, como atención preventiva.
La especialista dijo que el número de quienes presentan estas necesidades disminuye en el país, debido al desarrollo que ha alcanzado la salud pública. La mayor incidencia es en retraso mental, aunque hoy crecen la sordoceguera y el autismo. «Nuestras cifras son pequeñas. Hay países donde se reportan menos casos, pero es porque no los tienen todos identificados».
Palacios del afecto
La escuela especial Dora Alonso cumple este 4 de enero diez años desde su inauguración por el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro.
Imilla Campos Valdés, su directora, afirma que este tiempo ha sido de fructífero trabajo y que, con una intensa labor y mucha dedicación, han logrado avanzar en la difícil tarea de atender el autismo, una de las patologías más difíciles y complejas que enfrenta el ser humano.
«Tenemos una matrícula de 47 estudiantes, y atendemos fuera de la escuela a 80 más, que están en el sistema general desde la Primaria hasta la Universidad. Además, el país cuenta con escuelas de este tipo para la atención del autismo en Santiago de Cuba y Cienfuegos».
Imilla destacó que han sido pilares fundamentales para el trabajo el intercambio de experiencias con especialistas del exterior y la superación constante de los profesionales del centro, y argumentó que la institución cuenta también con un médico, una enfermera y una psiquiatra infantil, quienes colaboran de manera decisiva en el trabajo.
«Nuestros niños y niñas han ido evolucionando satisfactoriamente, y también le prestamos especial atención a la familia, pues estos muchachos tienen afectadas las áreas de comunicación, de socialización y de conducta; por lo tanto se dañan las relaciones afectivas».
Entre los avances significó la estimulación temprana, pues están atendiendo a niños de un año y medio a dos. «Esto demuestra que estamos mejor preparados y se hace bien el diagnóstico».
Además, dijo, se reconoce que la escuela ha tenido un impacto social. «Llevamos a los niños al Acuario, al Zoológico, al Centro Nacional de Equinoterapia, y tenemos un vínculo importante con los estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas San Alejandro, que trabajan semanalmente con nuestros alumnos.
También, como estamos ubicados en Ciudad Escolar Libertad, donde coexisten todos los niveles de enseñanza, nuestros pequeños interactúan con los alumnos de otros planteles, quienes aprenden a aceptar la diversidad».
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