Tiempo de Navidad, tiempo de milagros. El cine y la historia de la humanidad están repletas de episodios y fenómenos que, por estas fechas, se escapan a toda lógica y son calificados por muchos como milagros.
De hecho, sus gestos sugerían que ellas mismas padeciesen tales discapacidades.
Los agentes trataron de identificar a ambas. Si con una no hubo problema, con la otra se complicó la cosa al no llevar documentación encima. Fue trasladada a dependencias policiales de Joaquín Costa.
Una vez en Comisaría, y he aquí el aparente milagro, la supuesta sordomuda recuperó su capacidad de habla y oído. Es lo que tienen los uniformes.
En cuestión de minutos, la policía confirmó sus sospechas: estaban ante una presumible estafa. Y es que la asociación madrileña para la que las dos rumanas decían estar solicitando donativos comunicó a los investigadores que no tienen a nadie pateándose las calles de Pontevedra recabando la solidaridad de los viandantes.
Advertencia policial
A la vista de estos hechos, y tras verificar que las rumanas ya habían conseguido algún dinero con su apelación a los buenos sentimientos de los vecinos, la Comisaría reiteró ayer que todo es un timo. En algunos casos, los presuntos estafadores abordan a sus potenciales víctimas asegurando que son voluntarias de un colectivo que posteriormente se ha demostrado en reiteradas ocasiones que no existe, mientras que, en otros, se escudan en asociaciones reales que desconocen su existencia.
En este sentido, una portavoz policial insistió en que solo persiguen «el lucro personal de los que solicitan los donativos, además de aprovechar la mayoría de los casos para, mientras uno de ellos entretiene a la posible víctima, el otro intenta sustraerle la cartera».
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